Avasallamiento de terrenos siembra el miedo en Oruro

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El sueño de tener una casa propia se ha convertido, poco a poco, en una verdadera pesadilla para miles de humildes pobladores que se convirtieron en víctimas de mal llamados dirigentes que se aprovechan de su ingenuidad para pedirles dinero con la promesa de dotarles de un pedazo de terreno que ya tiene legítimo propietario.

El pasado 8 de marzo de 2006, comenzó este proceso cuando esos dirigentes impulsaron la toma de terrenos que tienen legítimos dueños.

El pretexto es siempre la pobreza y la militancia en el proceso de cambio para justificar acciones ilegales y lucrar con el dolor de los más humildes, aunque el fin último es enriquecer a los mal llamados dirigentes.

Es de esta forma como la ciudadanía ve este movimiento que se inició hace cuatro años. En ese entonces, la Policía procedió a desalojar a los avasalladores debido a que las autoridades llamadas por ley brillaban por su ausencia, incluso, el Prefecto de entonces se declaró líder de ese movimiento ilegal.

Los terrenos ocupados de forma ilegal son de propiedad de la Sucesión Urquidi que había ganado un amparo constitucional, por lo que la Policía debió actuar.

Cuando se inició el avasallamiento se encontraban aproximadamente 200 personas, pero como la decisión de intervenir fue a destiempo el número de avasalladores se incrementó aproximadamente a 8.000 personas.

La intervención realizada el 10 de julio de 2006 provocó la muerte de Santiago Orocondo Arevillca de 22 años, después de recibir un disparo de arma de fuego cuando trataba de escapar del lugar. Orocondo era policía pero formaba parte de los avasalladores.

Luego de reiteradas denuncias sobre cobros ilegales de los dirigentes a los avasalladores, los propietarios de los terrenos firmaron un acta de entendimiento para proceder a la venta de 8.000 lotes a un precio denominado social.

Posteriormente, a través de movilizaciones y por la fuerza lograron que el municipio elabore los planos de las urbanizaciones donde se asentaron, ya que la construcción de viviendas se realizaba sin tomar en cuenta áreas de equipamiento, áreas verdes, definición de calles y otros aspectos que son importantes para el establecimiento de nuevas urbanizaciones.

Este es un resumen de lo sucedido al principio de los avasallamientos hace cuatro años, pero cuando al parecer todo se encontraba saneado con la entrega de minutas a las personas que cumplieron con todos los requisitos para obtener un predio legalmente establecido, surgen nuevamente movimientos que emprenden otra vez medidas de presión para conseguir la entrega de títulos ejecutoriales de terrenos que ocupan desde hace cuatro años.

Esta situación, es de lamentar, puesto que personas humildes son amenazadas por los dirigentes, para realizar movilizaciones, permanecer en una esquina protestando, insultando en algunos casos, incluso amenazando a los miembros de la prensa que deben cubrir este tipo de movilizaciones que se realizan en el centro de la ciudad.

Este tipo de actitudes y la decisión de suspender la aprobación de planos y otros trámites referidos a este tema, provoca que nuevamente personas invadan propiedad privada con el ánimo de obtener una pedazo de tierra de forma gratuita, aunque según manifiestan, ellos quieren pagar a costo social por un predio, pero no se entiende el porqué de su actitud agresiva contra muchas personas e instituciones, lo que provoca temor entre toda la población.

Este artículo pretende con todos estos detalles reflexionar a las personas que son manejadas por los dirigentes para que tengan un terreno de forma legal y evitar conflictos y problemas, tanto a ellos mismos como a otra gente que con sacrificio obtuvo un predio donde edificar su vivienda.

¿Acaso no les cuesta a los avasalladores construir una vivienda?, ¿por qué no pueden entender que sería más fácil entablar un diálogo con los propietarios con la intervención de algunas autoridades?, y si existen irregularidades referidas a la legalidad del derecho propietario, ¿por qué no acudir a las instancias pertinentes para conocer la verdad de estos hechos?, son preguntas que no la hace la persona que escribe el artículo, son consultas que se hacen los vecinos de a pie que se encuentran cansados de que en Oruro exista todos los días movilizaciones, agresiones, insultos y la detonación de petardos que provocan contaminación ambiental y acústica.

Esperemos que en las próximas semanas este conflicto iniciado hace cuatro años, sea solucionado de la mejor forma posible, tanto para los propietarios de los terrenos avasallados, quienes continuamente son amenazados y temen, incluso, por sus familias, como para los adjudicatarios y, así, lograr que los predios sean obtenidos de forma legal.

Las personas humildes que quieren obtener una vivienda digna, no deberían ser manejadas por personas que aprovechan de esta necesidad, porque la misma población apoyaría la necesidad que tienen estas personas, para que menores, que frecuentemente se ven involucrados en este tipo de hechos, vivan su niñez sin rencor y sin sobresaltos por la detonación de cartuchos de dinamita y petardos.

Esperemos que esta reflexión sea entendida, la población simplemente quiere paz, tranquilidad, por estar cansada de tantos enfrentamientos entre instituciones y personas.

Fuente: LA PATRIA