En nada más que seis días del presente mes (5 al 10) las páginas periodísticas dan cuenta de media docena de hechos de tránsito con un registro lamentable de una veintena de personas fallecidas y más de medio centenar de heridos, realmente algo preocupante por la frecuencia de los hechos y por sus dramáticos resultados.
La mayoría de los accidentes se presentan en la jurisdicción del Departamento de Oruro y sus carreteras son mudos testigos de hechos que para autoridades policiales “se encuentran en investigación”, aunque se demore mucho tiempo -sin razón justificada- en el esclarecimiento de esos casos que enlutan a muchas familias y causan dolor en otras por la situación de los heridos.
Ómnibuses (flotas), pesados camiones, pequeñas y rápidas vagonetas son los motorizados que impactan entre sí por diferentes causas que se analizan pero que lamentablemente no han podido ser parte del cumplimiento de normas de previsión que posiblemente -de ser cumplidas- hubiesen evitado las consecuencias fatales de los accidentes.
La opinión de expertos policiales se manifiesta en la falta de precaución de los conductores, en algún caso estado de ebriedad en uno sino en los dos protagonistas de los choques, exceso de velocidad, invasión de carril y lo más frecuente falta de señalización en grandes vehículos estacionados en las carreteras.
Absolutamente todos los conductores de motorizados originan sus viajes en un punto de control de Tránsito (retén), a cualquier hora del día o la noche, en el curso de su recorrido por las carreteras pasan por otros controles también policiales, presumiéndose que en cada uno de éstos se debería efectuar por lo menos mínimo chequeo de las condiciones en que se desplazan las movilidades y el estado de los conductores, sin embargo, parece que a más de entregar o sellar un pequeño impreso los efectivos de Tránsito ni siquiera se percatan de las deficiencias que presentan las movilidades, caso de camiones sin luces rojas de parada o señal de freno, no llevan triángulos luminosos de advertencia para casos de paradas forzosas en caminos, no indican a los conductores sobre posibles contingencias en determinados tramos.
Entonces es lógica la reacción de familiares de víctimas y de la ciudadanía en general cuando cuestionan la inútil tarea de los retenes de Tránsito donde no se cumplen medidas preventivas para evitar los accidentes en carretera, situación que es la misma en casi todo el país, pero parece que con algunas connotaciones especiales en nuestra jurisdicción donde en los últimos seis días se han registrado graves accidentes con muchas víctimas fatales y enorme cantidad de heridos y por supuesto muchos vehículos inutilizados.
Las causas para estos lamentables sucesos tienen diferente origen pero en todo caso predomina la irresponsabilidad de conductores que por lo visto trabajan o manejan motorizados sin tomar en cuenta la enorme responsabilidad de conducir pasajeros, cuyas vidas deben ser preservadas con una labor cuidadosa de cada chófer y en cada metro de su recorrido.
Falta instrucción a los funcionarios de Tránsito para que éstos cumplan funciones de prevención en los retenes y por supuesto que todavía nadie explica la ausencia de la Policía Caminera en todos estos hechos de Tránsito que han estremecido a nuestra colectividad por su frecuencia y su saldo fatal.
Fuente: LA PATRIA
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