Al menos 81 reclusos murieron en un incendio desatado hoy (ayer) en una cárcel de Santiago donde había 861 presos más de los que permite su capacidad, un problema que fue calificado de "vergüenza" por el presidente Sebastián Piñera. El incendio, según los funcionarios de prisiones, se inició a las 5:30 horas (8:30 GMT) después de la quema de colchones por parte de un grupo de reclusos que se enzarzaron en una pelea en la Torre 5. La cifra de muertos, confirmada por el intendente (gobernador) de la región metropolitana de Santiago, Fernando Echeverría, puede aumentar debido a la gravedad del estado de los 14 heridos, pero la de San Miguel es ya la mayor tragedia carcelaria ocurrida en Chile en los últimos cien años. Hasta ahora se han identificado 31 cadáveres y se calcula que para reconocer a los restantes fallecidos se necesitará por lo menos dos días. El Servicio Médico Legal dará a conocer en las próximas horas el método para proceder a la identificación de los cuerpos calcinados, fundamentalmente huellas digitales, registros dentales y muestras genéticas. Echeverría dijo que la situación que se vive ahora en el penal de San Miguel es de "relativa tranquilidad", tras afirmar que estuvo hablando con varios reclusos. El sistema carcelario chileno "es una vergüenza que nos afecta a todos", subrayó por su parte en una rueda de prensa el presidente Piñera, quien llegó a informar de 83 muertos. Piñera desmintió las denuncias de los familiares de los reclusos de San Miguel, que se agolparon en las afueras de la cárcel y dijeron a los periodistas que los bomberos tardaron al menos 40 minutos en llegar. Sin embargo, al menos tres reclusos que hablaron desde la cárcel con los medios locales afirmaron que pese a que las casetas de los funcionarios de prisiones poseen teléfono, la llamada de urgencia a los bomberos fue hecha por un preso. También negó la afirmación de algunos presos que se comunicaron telefónicamente con medios locales según los cuales en el momento del siniestro había sólo cinco guardias resguardando la cárcel. "Había 26 gendarmes en el perímetro exterior y seis gendarmes en el interior, (lo) que por supuesto no es suficiente", puntualizó al respecto el presidente Piñera. Los testimonios telefónicos de los reclusos también hablan de vejaciones y malos tratos recibidos por los sobrevivientes. El fiscal nacional, Sabas Chahuán, nombró a Alejandro Peña como fiscal preferente para llevar a cabo la investigación de la tragedia. Por su parte, la defensora pública, Paula Vial, señaló a los periodistas que los fallecidos eran en su mayoría reclusos "primerizos" y "reos de baja peligrosidad", como por ejemplo Bastián Arriagada, un joven de 20 años que estaba en prisión preventiva por la venta de películas piratas. El ministro chileno de Justicia, Felipe Bulnes, aseguró que se investigará lo sucedido y se actuará rigurosamente con los responsables. También el ministro del Interior, Rodrigo Heinzpeter, aseguró que el Gobierno va a "dar a conocer las causas del accidente", además de anunciar que se van a "construir cárceles más humanas". IDENTIFICADOS

Fuente: Santiago de Chile, 8 dic (EFE).-

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