Profundamente alarmado supe de la revelación de documentos diplomáticos norteamericanos que han desatado justas voces de protesta de nuestras autoridades al saber que fueron objeto de espionaje por parte de la primera potencia mundial, llamé a mi comadre Macacha para que me examinase las narices.
La cholita cochabambina me dijo que no era ornitorrico para hacerlo, lo que me obligó a corregirla suavemente: -No se dice ornitorrico a los especialistas en narices sino otorrinolaringólogos. -Disculpándose mi comadre y pidiéndome que yo no metiera las narices en su poca cultura médica.
Sin embargo, mi comadre obedeció mis órdenes y me examinó las narices que son partes importantes del cuerpo de un periodista, diciendo mi comadre: “por lo que veo, usted tiene una nariz un poco ancha, lo cual indicaría que usted tiene un buen olfato periodístico, lo cual no siempre es cierto porque muchas veces mete usted las narices en cosas que no le importan”, lo cual me preocupó un poco. Aprovechando de mi estadía en Cochabamba, sugerí a mi amigo Aristóteles Giorgiadis Quiroga averiguar sobre las narices del Presidente Evo y su importancia en el avance del Socialismo Katarista del Siglo XXI dentro de la agenda de estudios del Ateneo Pericles que agrupa a pensadores y filósofos; cochabambinos que asisten al Bar Comercio de esa ciudad.
Sugestión que él aceptó inmediatamente y que fue discutida ayer en los senos de dicha entidad pues tiene dos senos y no es “chulla teta” como otras instituciones.
El asunto fue tratado en forma breve pero sustanciosa, respondiendo a la pregunta que hoy se formulan muchísimos bolivianos al saber que la diplomacia norteamericana y las agencias de inteligencia de dicha potencia mundial se ocuparon de la nariz de nuestro presidente Evo en vez de averiguar nuestro verdadero potencial de uranio que podría favorecer a Irán y a Venezuela.
Los informes revelados últimamente sugieren que nuestro presidente pudo haber sufrido de un tumor en la nariz que le habría sido extirpado por médicos cubanos en un centro quirúrgico muy exclusivo montado por expertos médicos de ese país, noticia que fue negada por las autoridades, las mismas que aseguren que el mandatario boliviano sólo sufrió de un desvío de su tabique nasal que le fue corregido.
Un intelectual del Bar Comercio comentó: “Desde entonces y gracias a los cirujanos cubanos nuestro presidente huele en forma correcta y nadie podrá acusarle de ningún desvío nasal ni doctrinal, ni siquiera el Vicepresidente GarcÍa Linera que sabe mucho de teorías políticas”.
La intervención de varios pensadores dirigidos por el greco-cochabambino Aristóteles Giorgiadis Quiroga llegó a l conclusión que el espionaje forma parte de todo accionar diplomático, y alguien definió al verdadero diplomático de ser un espía vestido de esmoquin algunas noches y otras disfrazado de Matahari. Menos mal que hasta ahora no conocemos ningún informe diplomático que nos pudiera revelar el verdadero accionar diplomático de cubanos, venezolanos, nicaragüenses y bolivianos y sólo nos han revelado algunos problemas relativos a las narices de nuestro Presidente Evo.
PAULOVICH
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