En mi primera visita al Naiclú “Malena” de la ciudad del Alto reinicié mis clases de tango a las señoras y señoritas de la alta sociedad del Seco River que tipifica las extravagancias más notables de esta urbe a la que muchas autoridades pasadas y actuales la llaman “ubre” porque “mamaron” de ella cual ávidos terneros.
Luego de recibir mis honorarios por el pasado mes de Noviembre llegué a la sala principal donde encontré a mis amigos los yatiris Calimán y Titirico, algunos intelectuales alteños y uno procedente de Chuma al que reconocí por su chompa roja, además de algunas chicas del elenco estable encabezadas por Frufrú. El tema de la charla fue la exigencia originaria de que los suyos deberían casarse para ocupar cargos públicos de importancia, siendo el más significativo de todos el señor Evo Morales, actual Presidente del Estado Plurinacional, Multicolor y Folclórico.
Al escuchar esa noticia no pude evitar algunos lagrimones como siempre me sucede al saber que algún amigo mío se casa, aclarando que no son lágrimas de tristeza sino de felicidad al saber que uno más sabrá lo que es canela dentro de la hermosa vida conyugal.
Frufrú enjugó mis lagrimillas y el yatiri Calimán me explicó que su jefe Evo tendría que casarse de acuerdo a lo dispuesto por Conamaq, misteriosa sigla cuyo significado tuvo que serme explicado para no olvidarlo por las siglas de las siglas amén.
Conamaq había sido el Concejo Nacional de Ayllus y Markas de Qollasuyo, país que identifiqué como el antiguo Kollasuyo.
Pues bien, el Conamaq está dirigido por un “jiliri apu mallcu” de apellido Hinojosa, que en algún poema clásico de la lengua castellana aparece como la bella dama de la Finojosa. En cuanto a lo de “jiliri” nadie me pudo explicar, por lo que me quedé intuyendo que era un atributo de un Cóndor Jefazo, título que también ostenta nuestro presidente originario, quien así fue llamado por un yatiri que lo coronó en Tiwanacu y que al final resultó un traficante de cocaína.
Frufrú me preguntó si nuestro presidente Evo aceptará la decisión de los mallcus del Conamaq y se casará para continuar gobernando este nuestro Estado Plurinacional y Folclórico, además de Multicolor.
Me atreví a decirle que Evo no se casaría muy pronto porque está de mala pata, aclarándole a la bailarina de varieté que me refería a la lesión que sufre nuestro presidente en la rodilla izquierda, aunque Frufrú me dijo que la rodilla izquierda lesionada nada tenía que ver con un buen desempeño matrimonial y que ella conocía a miles de maridos con mala pata pero muy felices en la singular aventura matrimonial.
En un aporte de la reunión alteña, el yatiri Calimán me preguntó en forma reservada si yo compartía el criterio del Jiliri Apu Mallku Hinojosa de que nuestras autoridades originarias deberían casarse para desempeñar altos cargos. Pidiéndole confidencialidad le respondí con la sinceridad que me caracteriza: -Me parecería muy bien que nuestro presidente haga caso a la decisión de Conamaq y se case pero que contraiga matrimonio cuando se le pase este tiempo de mala pata-.
PAULOVICH
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