Río de Janeiro ensaya alternativa para combatir violencia en favelas
01 dic 2010
Fuente: Río de Janeiro, 30 (EFE).-
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Dos días después de tomarse por las armas unas favelas dominadas por narcotraficantes, las autoridades de Río de Janeiro llegaron hoy (ayer) a otro barrio marginal de la ciudad pero con un plan diferente, basado en la seguridad policial y la inclusión social.
El escenario escogido fue el “Morro dos Macacos”, una peligrosa favela que cuenta a partir de hoy (ayer) con un cuartel policial permanente para garantizar la paz en sus calles e impedir que las bandas criminales retomen el control de la zona.
La “ocupación social” del “Morro dos Macacos” está a cargo de una Unidad de Policía Pacificadora (UPP), similar a las ya instaladas en otras doce favelas de la ciudad con el fin de imponer el orden en esa barriadas y reducir los índices de violencia que con frecuencia convierten a Río de Janeiro en un escenario de guerra, como ocurrió la semana pasada.
La inauguración del cuartel, en el que trabajarán 228 policías orientados a fomentar vínculos de amistad con los habitantes del sector, atrajo la atención de centenares de vecinos curiosos que agradecieron la pacificación de su barrio.
Situado en la zona norte de la ciudad, el “Morro dos Macacos” ha sido una piedra en el zapato de la Policía Militar principalmente desde el año pasado, cuando un grupo de narcotraficantes derribó un helicóptero de la institución que trataba de poner fin a un tiroteo entre bandas rivales.
Tres de los seis ocupantes del aparato murieron y los otros tres quedaron heridos, lo que muestra la dureza de la lucha contra el tráfico de drogas en algunos barrios de Río.
La instalación de la UPP en el “Morro dos Macacos” se produce dos días después de que unos 2.600 policías y militares se tomaran por la fuerza el Complexo do Alemao, un conjunto de favelas que durante décadas fue dominado por narcotraficantes que imponían su ley a los habitantes de la zona.
Para la implantación de la UPP en el “Morro dos Macacos”, cerca de cien hombres del Batallón de Operaciones Especiales (BOPE), el cuerpo de élite de la Policía Militar, ocuparon el pasado 14 de octubre los principales puntos de la barriada con el fin de preparar el terreno para la llegada de los agentes que se encargarán de la seguridad y la paz.
Más emocionados por la presencia del gobernador del estado de Río de Janeiro, Sergio Cabral, que por la inauguración del puesto policial, decenas de vecinos mostraron su apoyo a este programa que se inició en diciembre de 2008 con la pacificación de la favela Dona Marta, enclavada en la turística zona Sur carioca.
“Es una iniciativa muy buena. Tendremos más tranquilidad, principalmente para mi nieta”, contó a Efe Nilton, un hombre de unos 65 años mientras daba el biberón a una pequeña de unos pocos meses.
Decenas de policías uniformados y sin armas se encontraban hoy en las calles para comenzar su tarea de mejorar la calidad de vida de los 27.000 habitantes de la zona y de crear lazos con ellos.
“Los habitantes han vivido bajo el control de los criminales durante mucho tiempo y aún se están acostumbrando” a la presencia de los agentes pacificadores, explicó el coronel Robson Rodrigues, comandante de todas las UPP.
La clave de este modelo está en la presencia “más activa y más participativa” en el barrio, dijo Rodrigues y explicó que los policías de las UPP están más orientados al trabajo social que a la represión pura y dura del crimen organizado.
Preocupados por la ola de violencia que en la última semana mantuvo en vilo a la ciudad que será una de las sedes del Mundial de Fútbol 2014 y anfitriona de los Juegos Olímpicos de 2016, el gobernador Cabral y el alcalde de Río, Eduardo Paes, le apuestan al nuevo modelo policial para controlar las actividades de las bandas armadas.
“La pobreza y la falta de inversión social no justifican lo que ha pasado en Río en esta última semana”, manifestó el gobernador al referirse a la reciente ola de violencia, que dejó al menos 37 muertos.
Cabral señaló que la paz es un requisito fundamental para que pueda existir un Estado democrático y recordó que en las otras doce favelas en las que se han instalado las UPP las condiciones de vida de la población han mejorado sustancialmente, no sólo por la seguridad sino porque sus habitantes se benefician de programas sociales y de mejores servicios públicos.
Fuente: Río de Janeiro, 30 (EFE).-
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