La crisis económica, el cambio climático, los fenómenos naturales, el uso inadecuado de la tecnología para una explotación racional de los recursos naturales, son el resultado de un modelo de desarrollo económico desequilibrado, donde la pobreza agudiza a las mayorías de la población campesina y barrios marginales suburbanas, mientras la población que cuenta con el imperio económico siguen disfrutando de las riquezas del planeta tierra.
Problema sobresaliente en la vida es la pobreza, no permite niveles adecuados de alimentación, vivienda, asistencia en salud, educación, saneamiento básico y avivamientos socioculturales. Los efectos de la pobreza son: la mala alimentación y la desnutrición, la morbilidad y mortalidad, el bajo nivel educativo, las deficiencias en las condiciones higiénicas y habitacionales y el deficiente desarrollo de la integración de las funciones motrices y psíquicas de los niños.
Vivimos en un planeta lleno de riquezas que nos da la generosa Naturaleza mientras que la actividad humana está provocando el cambio climático, una amenaza para la seguridad integral, causando numerosos problemas en nuestra sociedad, ya se siente algunos efectos negativos para la humanidad: la alteración en la precipitación de la lluvia, el acrecentamiento de la frecuencia e intensidad de la sequia, todo ello repercute en la producción agropecuaria y la salud humana.
El fenómeno natural de la sequía en nuestras regiones acrecientan abismalmente acompañado ferozmente con la helada, consecuencia negativa que originó la congelada de los sembradíos de: papa, haba, quinua, alfa alfa y otros, que posee la familia campesina, único fuente de ingresos económicos en calamidad, por lo que resulta un hecho desesperado en un país en proceso de cambio, cuya población activamente es agrícola y ganadera, donde existe la carencia de estrategias de desarrollo rural integrado, esto por la ausencia de voluntad política de los gobernantes de turno, consecuencia más dramática y desdichada por la existencia de comunidades casi sin recursos naturales y no alcanza a satisfacer las crecientes necesidades básicas para vivir bien. Así mismo, la sequía de la temporada hace sentir a los productores pecuarios, que por falta del líquido elemento el agua, los animales que crían, empiezan a deshidratarse y mueren por falta del consumo del agua y alimentos hidratantes, el mismo destino correrá con la flora y fauna silvestre.
La desesperación de las familias productores es asombrosa, por la pérdida de sus productos y animales, por ello claman… “¿Quién podrá salvarnos?”, de la tragedia del fenómeno natural, causado por el cambio climático, serán los propios productores los que asuman la defensa pertinente a este escenario de sorprendente realidad, circunstancias que impactan a la población, con la escasez de dichos productos en las familias productoras como también en el mercado, secuela que origina la subida de precios en los productos agropecuarios y otros artículos, afectando la magra economía de los sectores sociales, es oportuno implementar estrategias de prevención de adaptación y mitigación de los efectos del cambio climático, impulsando políticas de sostenibilidad y un esfuerzo conjunto y unido entre gobernantes y gobernados en este proceso de cambio, capaz de modificar las actitudes y comportamientos humanos para contrarrestar estos cambios, orientando el valor real de la vida, que haya respeto a la dignidad de todos, por un universo de valores y derechos humanos y a emprender una tarea noble, justo, valioso, con miras a vivir bien como hijos de un solo Dios.
(*) Profesor
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