Warning: inet_pton(): Unrecognized address in /home/lapatri2/public_html/wp-content/plugins/wordfence/vendor/wordfence/wf-waf/src/lib/utils.php on line 28
Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 El Mariscal Andrés Santa Cruz en sus 218 años - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
La célebre sentencia con que termina su gobierno el Mariscal Andrés Santa Cruz Calahumana (febrero de 1839), para alejarse definitivamente de aquel escenario en el cual había soñado construir un Estado fuerte, con la unión de todos los pueblos que debían enfrentar la construcción de las nacientes repúblicas y superar la situación de crisis que habían legado del prolongado proceso de su liberación del yugo colonial, resuena hoy con la misma connotación que provocó el arrepentimiento de quienes fueron los protagonistas de la destrucción del protector de Bolivia y de la Confederación Perú – Boliviana.
Decía, él: “… he arado en el mar y sembrado en el desierto”, en el momento de capitular ante el ejército chileno e informarse que había sido víctima de la “traición de Yungay”. En el manifiesto de defensa de su vida pública, desde Guayaquil, Santa Cruz dice: “Ballivián se ha excedido a la reputación sorda que le precedía de malvado, de ingrato y de canalla, y yo he perdido favoreciéndole y garantizándole, porque he quedado calificado de mal tino para mis ahijados. Olañeta no me ha correspondido mejor. El tiempo y los sucesos vendrán luego a vengarme de unos hombres que se presentan como los más malvados de América”.
Este hito escrito en la dramática Historia de Bolivia por el Gran Mariscal de Zepita, marcó por siempre el “signo de la traición” y, cada finales de noviembre, se lo rememora por su trascendencia a lo largo del tiempo y el espacio, porque está en la mente de una mayoría de bolivianos y peruanos, el día del nacimiento de quien fuera el constructor del país con visión de estadista y protector de la República que, en ese tiempo, era la más codiciada por sus vecinos: La República Argentina presidida por Juan Manuel de Rosas y Chile de Diego Portales, quienes nunca abandonaron la idea expansionista de consolidar dos potencias basada en el dominio de toda la América Latina.
El Gran Mariscal nació en La Paz, el 30 de noviembre de 1792 y bautizado el 5 de diciembre del mismo año, con el nombre de Josef Andrés, declarado hijo legítimo de Don Josef Santa Cruz y Villavicencio, Caballero de la Orden de Santiago, y de doña Juana Bacilia Calahumana, heredera del título y posición de Cacique del pueblo de Huarina, de familia adinerada.
Este año, conmemoramos los 218 años de su nacimiento, recordándolo como un ejemplo de inteligencia en todo tiempo, a partir de sus estudios que los comenzó en el Colegio San Francisco de La Paz, continuándolos en Cuzco a partir de 1809, en el Colegio Real de San Antonio Abad. Según los historiadores, es allí donde conoce a Agustín Gamarra, quien se convierte en uno de sus más firmes y fervientes rivales en la administración y conducción de la política del Perú, durante el período de vigencia de la Confederación Perú Boliviana.
El Mariscal Santa Cruz es considerado como un estadista nato que, siguiendo la línea del Libertador Bolívar, luchó con denuedo para unir a dos naciones en una Confederación poderosa, fuerte y organizada, principalmente, para hacer frente a la indisimulada ambición expansionista de Buenos Aires y Santiago, cuyos gobiernos atacaron Bolivia para imponer dominio sobre las riquezas que ofrecían los territorios de Atacama, Potosí y Tarija. Este estadista también demostró sagacidad como administrador del nuevo Estado, además que resalta su personalidad, por la sutileza y estrategias que hicieron posible elevar el nombre de Bolivia, hasta los niveles del prestigio internacional, como nación bien organizada, avanzada y poderosa del continente.
En Inglaterra y otras naciones de Europa, los ejércitos bolivianos eran conocidos como “los mejores soldados que no existían en ninguna parte del mundo”, cuya admiración fue expresada por el propio Antonio José de Sucre.
El legado de Santa Cruz a Bolivia no es, precisamente, su brillante actuación en las batallas por la independencia, en los campos de Junín y Pichincha, sino que su obra magna como presidente en un periodo de diez años, por su más larga duración, es la Legislación Crucista que abarca desde la codificación civil, penal, mercantil, procesal hasta los reglamentos militares que le dieron fisonomía de nación. El Mariscal Santa Cruz, de esta manera, se anticipa a los demás países en ser dotado de una moderna legislación que es la base legal de toda organización civil y militar.
Sus detractores mantienen hasta hoy las actitudes de Gamarra, Ballivian, Velasco y otros, tanto en Bolivia como en los países vecinos que, inclusive llegan al extremo de destruir lo que permite mantener viva la memoria del único presidente que pensó primero en su Patria, antes que en su vida personal. Ocurrió en La Paz, la tierra que le vio nacer, donde destruyeron el monumento erigido en la Plaza San Francisco, con motivo del bicentenario de su nacimiento.
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.