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Domingo 28 de noviembre de 2010

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Revista Dominical

Los insultos de los desadaptados no les afectan

Dos hermanas árbitros que controlan la disciplina del voleibol en Oruro

28 nov 2010

Fuente: LA PATRIA

Por: Alicia Navía Mier - Periodista

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La incursión de la mujer en varias áreas no es novedad pero es necesario recordar que tampoco es fácil, claro ejemplo el de dos árbitros de voleibol con que cuenta Oruro como son Betty y Lourdes Ríos, hermanas que pasan su fin de semana en canchas dirigiendo encuentros deportivos, compartiendo con niños y jóvenes habiendo logrado formar su carácter para evitar que los insultos les afecten el momento de determinar una sanción en contra de algún jugador.

En el caso de Betty, su labor como árbitro (a) se inició tras dejar de ser parte de un equipo de basquetbol, deporte al que se dedicó desde sus nueve años, escalando posiciones también para incursionar en esta otra actividad relacionada con el deporte como es el arbitraje, profesión en la que se inició como apuntadora hasta llegar a ser la única mujer árbitro de la Federación de Árbitros en la disciplina de voleibol que le permitió incluso ser parte de eventos internacionales por el nivel de trabajo demostrado, tal el caso de su participación en competencias a nivel sudamericano, Juegos Bolivarianos y la Liga Profesional, a pesar de tener que enfrentar la reacción de jugadores, árbitros y público por sus decisiones en la cancha.

Según Betty Ríos, la práctica ayuda bastante pero la actualización es importante a través de algunos talleres y cursos que les permite tener mayor capacidad para arbitrar y ser convocadas a ser parte de competencias nacionales e internacionales.

“Como mujer soy la única que me animé a seguir como árbitro hasta ser parte de la Federación de Árbitros, mi hermana no pudo porque tiene familia, aunque esto no le impide estar presente en encuentros de la liga departamental”, manifestó.

La costumbre de estar en las canchas le obliga a estar permanentemente en los partidos que se disputan a pesar de no estar designada, ya que al estar también a cargo del Colegio de Árbitros, sustituye a alguno de sus compañeros que no llega a tiempo porque los partidos no pueden demorarse y más bien, comenzar en el horario programado.

Según cuenta, a pesar de algunos problemas como el de tener que soportar los insultos y reacciones de algunas personas, tiene el apoyo de toda su familia, tal como ocurrió en un certamen donde determinó una sanción ante una mala jugada, motivo del que fue objeto de insultos de parte del entrenador, quien no entendía que la sanción impuesta fue justa.

Betty es árbitro, porque le gusta, aunque algunas personas manifiesten que es por el tema económico que persiste en las canchas, desconociendo que la retribución no se compara con el pago que obtienen los árbitros de futbol de la Liga Profesional, también tiene sus diferencias según la región, situación que es peleada constantemente, porque como árbitros, quienes deben estar en muchos casos durante la mayor parte del día en competencias deportivas, no es suficiente.

Por arbitrar gana alrededor entre 6 a 10 bolivianos, pero a pesar de eso su vida continúa dejando de lado cualquier tipo de relación social por dedicarse el fin de semana íntegramente a ser parte de los encuentros deportivos en la disciplina de voleibol.

Actualmente no existen muchas personas que se dediquen a esta función del arbitraje muy al contrario de los primeros árbitros que se dedicaron a esta disciplina, quienes realizaban esta labor por un refresco y su salteña en muchas oportunidades, muy al contrario de lo que sucede actualmente, puesto que no existe interés de los jóvenes para dedicarse a ser árbitro.

Betty recuerda que hubo en algún tiempo otra mujer que se dedicaba al arbitraje en La Paz, pero al parecer por problemas familiares dejó esta función por lo que en la actualidad no existen otras damas que se dediquen a esta profesión sacrificada que a la vez no es bien remunerada.

La satisfacción de un árbitro es ser parte de la final de un evento, un gusto que no se deja de saborear, mucho más cuando los jugadores, el árbitro y el público conoce del trabajo sacrificado que representa el ser árbitro, profesión que no se compara con otra y por el que muchas personas que inician arbitrando dejan de lado por las consecuencias que acarrea.

A pesar que existe la necesidad que haya más árbitros, muchas personas simplemente ingresan para aprender el movimiento y luego se dedican a arbitrar juegos recreacionales de algunas instituciones, quienes cobran menos que los afiliados a la federación, motivo por el que también existen algunos conflictos.

Actualmente también continúa dedicada al básquet participando en un equipo en la categoría Sénior.

Por su parte Lourdes Ríos, cuenta que llegó a ser parte de esta disciplina por casualidad, puesto que un día al faltar un árbitro en un encuentro deportivo a insistencia de algunas personas intervino en el partido, debido a que como jugadora de voleibol conocía las reglas de arbitraje, pues las personas que se dedican a este deporte conocen muy bien sobre estos aspectos y tomando el ejemplo de su hermana, incursionó en esta profesión donde debió formar su carácter para evitar que le afecten los insultos.

El maltrato hacia los árbitros, hace que muchos dejen la profesión por la reacción de algunas personas y por temor a la agresión verbal y en alguna ocasión física y para evitar este tipo de situaciones prefieren ser árbitros de algunas competencias internas de empresas o instituciones.

Lourdes como madre de familia, comparte su accionar como árbitro junto a su familia, función a la que se dedica apoyada por su esposo que a la vez también es árbitro de futbol, motivo por el que el fin de semana comparte el amor a esta disciplina junto a sus hijas pequeñas de muy corta edad que practican voleibol, quienes además demuestran aptitudes para dedicarse a esta disciplina deportiva porque a pesar de tener entre 6 a 7 años ya son parte de equipos que participan en encuentros deportivos a nivel departamental en la categoría que les corresponde.

Algunas personas no creían en el actuar de las dos mujeres como árbitros pero a la vez otros les brindaron todo el apoyo requerido para continuar con la profesión que le permitió tener amistades a todo nivel que actualmente reconocen su labor en bien del deporte.

Fuente: LA PATRIA
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