¿Por qué no les dedicamos más tiempo a nuestros hijos?
23 nov 2010
No basta estar cerca, es necesario estar juntos
• Por: Jaime Adán Marka Chambi
Los padres deberían dedicar tiempo a sus hijos en cada oportunidad que les fuera posible, inclusive en los momentos que puede parecer de poco provecho para la comunicación. Por ejemplo, cuando se está viajando en automóvil se puede enseñar y aprender muchas cosas importantes sobre las leyes del tránsito, las normas de conducta, la cortesía, el respeto al medio ecológico, y la relación de todo esto con el carácter de una persona. Cada situación de la vida deja una lección. Una lección positiva o una negativa, pero siempre una lección. La sabiduría de los padres debería ir hasta el punto de ayudar continuamente a sus hijos a aprovechar esas lecciones positivas y a aprender de las negativas la actitud correcta.
Otra oportunidad muy útil para enseñar lecciones a los niños es la mesa familiar. ¿Qué es lo que usted conversa con sus hijos en esa oportunidad? ¿Habla de sus propios problemas y cuenta sus inconvenientes? ¿O trata de resolver problemas que han herido sus hijos durante la mañana de ese día? Como padre o madre debe interesarse en los hechos, grandes y pequeños, de sus niños y adolescentes y aprovechar cada momento oportuno para intercambiar ideas, opiniones y consejos con ellos.
Para una madre, una oportunidad áurea para enseñar lecciones y compartir el tiempo con sus hijas es durante la realización de los trabajos hogareños. Los niños se sienten felices de poder ayudar a sus padres en cualquier tarea, siempre que sientan que sus padres están con ellos en ese momento. Y serán justamente esas tareas las que le proporcionarán momentos de grato esparcimiento y comunicación con sus hijos. Aproveche para enseñarles a ser prolijos, ordenados, responsables, y a ver en cada cosa el aspecto creativo, positivo e inclusive humorístico. Esta comunicación no solamente le ayudará a resolver los problemas de sus hijos, sino que también le ayudará a aumentar su operatividad en todo tipo de trabajo doméstico, que generalmente suele dar la idea de ser aburrido, incoloro e, inclusive, molesto.
Muchas veces, en el trajín del diario hacer, llegará a pensar que sus niños “molestan”, que “entorpecen su trabajo” o que lo hacen más lentamente de lo que usted mismo lo haría. Quisiera decirle que está perdiendo las mejores oportunidades para comunicarse con sus hijos. Estas pequeñas situaciones, esos pequeños momentos “sueltos” son los que darán más sabor a la comunicación paterno-filial. Todo depende de cómo los use, de cómo los aproveche, y de cuáles sean los objetivos que usted tiene en este aspecto.
Toda ocasión es buena para contar historias, para juzgar episodios, para narrar anécdotas, para descubrir lo bello, lo positivo y para neutralizar lo negativo que puedan ofrecer las diferentes situaciones de la vida.
De hoy en más no podrá quejarse de que “no tiene tiempo para estar con sus hijos”. Ese tiempo está en sus manos. Usted dispone de él. Tal vez no de todo el tiempo junto, pero sí de muchos pequeños momentos que producirán la perfecta comunicación entre padres e hijos. Utilice cada uno de esos momentos como una obligación paterna para enseñar a sus hijos, para resolver sus problemas y para ayudarlos a crecer, con el objetivo principal y primordial de educar y formar armoniosamente el carácter del niño y no adiestrar como hoy en día ocurre en muchos hogares.
(*) Licenciado, Director Distrital de Educación de la Provincia de Mejillones del Departamento de Oruro
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