Loading...
Invitado


Domingo 21 de noviembre de 2010

Portada Principal
Revista Dominical

Entrevista fantástica:

Conversa con Castro y Padilla

21 nov 2010

Fuente: LA PATRIA

Por: Luzbel

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

Al conmemorarse el 404 aniversario de Fundación de esta nuestra Villa de San Felipe de Austria, imaginé la siguiente entrevista con el joven Fundador, que abandonó gustoso su vistoso pedestal de frente a Entel, donde hace 3 años lo emplazara el artista orureño Rolando Rocha, que diariamente no se cansa de contemplar su obra maestra.

Amablemente el Lic. Manuel de Castro Castillo y Padilla sin desprenderse de su lábaro fundacional, sostuvo éste diálogo luego de los saludos de protocolo.

- Licenciado, ¿qué comentario tiene al cumplirse los 404 años de haber posibilitado el parto más difícil de esta región?

- Sin duda, buen hombre, atesoro la certeza de haber logrado una hazaña, consciente de la recia estirpe de trabajo de vosotros los filipenses, aunque los resultados en estos cuatro siglos, no hubieran sido los más esperados… El primero de noviembre me hicieron presentes florales por “too lao” y dijeron discursos rimbombantes, incluso los que no vieron la primera luz en estas breñas, pero que mandan y ordenan sobre los nativos, y hasta deciden su destino.

- Al respecto, ¿estima que desde que fundó la villa, o sólo en los últimos tiempos se amenguó el espíritu orureñista?

- No. Creo que este asunto es reciente, es decir, algo así como más de medio siglo, desde que un gobernante de vosotros centralizó en la capital la actividad minera, que más que un bien, le hizo mucho mal, porque por ejemplo en Comibol se adquirieron ingentes lotes de equipos mineros a elevado costo, que nunca sirvieron para la maldita cosa… Hostias querido chaval, después de la fundación, afloraba no sólo un sentimiento, sino una mística y dignidad regional. No citaré nombres, ni instituciones, pero antes esta olímpica villa, estaba protegida por el espíritu colectivo de su pueblo… Lamentablemente estos valores, fueron ensombrecidos por la indiferencia suicida de sus moradores, hasta aparejar consecuencias, como la pérdida de identidad regional.

- ¿Está diciendo, Fundador, que los orureños hemos sido suplantados por gente ajena y foránea?

- Eso veo desde mi sitio… Cuando en esta frígida villa moraban no más de 5 mil españoles, indios y criollos, se advertía mayor espíritu de cuerpo, proposiciones creativas y acciones constructivas… Ahora la villa está saturada de foráneos y fuereños, que arrimados a maniqueos dudosos, capturaron puestos de pre-eminencia por aquí, allá y acullá, hasta sentirse “reyes chiquitos”, como acertadamente catalogó un escritor, de lo que vosotros llamáis la Patria Grande.

- Ante este panorama, ¿qué recomendaría para que la villa vuelva a ser un emporio de la productividad económica y núcleo donde germine el espíritu de Noviembre que nos legó?

- El progreso de la villa, no conseguirán marchando, bailando, ni tocando en bandas de música, menos fanatizándose en naderías… Debéis juntaros para hablar un solo idioma en torno a ciudadanos probos y solventes, que no usen ni abusen de los entes públicos y cívicos, sólo para trepar y colmar sus ansias ilícitas de enriquecimiento… ¿Vale? Segundo, fundar los cimientos apropiados para planificar el desarrollo, con criterio técnico y científico, dejando pa’ tras las consignas mezquinas y las miserias humanas… ¿Vale? y tercero, si me permitís, periodista, recuperar con inteligencia la gravitante importancia que tenía esta región… pero ojo, chaval, todo será posible cuando cada morador filipense, no se subalternice a ningún “gringo o gitano” como dijo un vate del siglo pasado. Sin embargo, porque nobleza obliga y en salvaguardia de algunos avecindados ilustres en esta villa, quiero citar al notable galeno Javier Ruiz Barea, que es ejemplo de apostolado de la salud, o al fallecido sacerdote servita Padre Alfonso Massignani, que edificó todo un Santuario de la Virgen Minera, o al impenitente periodista Augusto Dávila Sanabria, que escribió kilómetros de artículos a favor de Oruro, y últimamente al académico de la Lengua Luis Urquieta Molleda, que les dota libros históricos por aquí, allá y acullá, y algunos otros más, que nos tomaría mucho tiempo, pero debo restituirme a mi sitial construido por ese hábil chaval escultor...

Hasta siempre, o hasta nunca, como diría ese irreemplazable polígrafo indio llamado Franz Tamayo.

Final de entrevista. Castro Castillo y Padilla, cuando fundó nuestra ciudad tenía 33 años. En el Colegio Mayor de San Bartolomé recibió formación escolástica para el servicio de la corona. Hombre de buenos modales y de vida disoluta, a decir de su principal biógrafo, el peruano Manuel Moreira Paz Soldán. Casó dos veces y perdió sus títulos nobiliarios por sus segundas nupcias. Era graduado en Cánones y Letras, es decir, todo un togado, como ningún otro fundador de ciudades americanas.

Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos: