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Domingo 21 de noviembre de 2010

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Cultural El Duende

Desde mi rincón:

Familia del Tambor: pequeñas adiciones

21 nov 2010

Fuente: LA PATRIA

(Primera de dos partes)

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La Dra. Demélas ha dedicado largas horas a estudiar el diario de un guerrillero de la independencia; fruto de tal esfuerzo ha sido una nueva edición de tal diario, más acuciosa y controlable que las dos pioneras de Gunnar Mendoza; no contenta con esa nueva edición (Sucre, ABNB - Plural, 2008), ya poco antes se había descolgado con toda una monografía sobre aquel texto: Nacimiento de la guerra de guerrilla. El diario de José Santos Vargas (1814-1825) (Lima – La Paz, IFEA – Plural, 2007). Con tal despliegue de trabajo paciente y de erudición, probablemente no hay actualmente nadie que sobre la obra, su autor, su tema, su época y su contexto sepa más que Demélas. Pero como en la investigación nunca se puede dar nada por acabado, ni nada que haga inútiles nuevos avances, la propia Demélas ha añadido nuevas informaciones sobre el contexto familiar de José Santos Vargas; y se le ofreció la oportunidad de presentar esas novedades en el Coloquio de Historiadores. Oruro en la Guerra de la Independencia que la Fundación Cultural ZOFRO organizó y celebró en 2009 y cuyos textos expuestos acaban de salir impresos (Oruro, Fundación Cultural ZOFRO, 2010, 402 p.).

En efecto, en dicho volumen encontramos su capítulo “José Santos Vargas. De cholos a criollos, de criollos a indios” (pp. 113-128), que parece representar el punto más reciente de los logros de su investigación sobre el entorno familiar del cronista guerrillero. Por mi parte no tengo la menor pretensión de considerarme mejor conocedor de los Vargas orureños que la Dra. Demélas; pero revisando mi fichero del clero boliviano desde el siglo XVI hasta nuestros días que desde hace décadas vengo acopiando, he encontrado algunos datos, nuevos o que vienen a corregir los dados por la investigadora francesa; con ellos quisiera aportar mi modesto óbolo a un mejor conocimiento de la familia del Tambor, muy en particular de su hermano cura (José) Andrés Vargas. Haré referencia al último trabajo mencionado de Demélas con solo la página del caso, simplemente entre paréntesis; cuando me refiera a la monografía de 2007, anotaré ‘Nacimiento’.

* * *

Y la primera faceta biográfica que puedo aportar es que (José) Andrés de Vargas y Benavides sólo era medio hermano de José Santos (punto en que Demélas cae en error, interpretando mal la afirmación de que José Santos era “hermano carnal” de José Andrés) (Nacimiento, 48). Había nacido en Oruro el 1º de diciembre de 1762, siendo bautizado en la Iglesia Matriz de la ciudad; sus padres fueron Blas Mariano Vargas (por entonces, de 24 años) y Petrona Benavides (“española”); a mis anotaciones no ha pasado la anotación de que se tratara de un hijo extramatrimonial o ‘natural’, por lo que me inclino a pensar en un primer matrimonio de don Blas Mariano; a él, tras enviudar, habría seguido el que lo unió a María Guadalupe Medrano. Los hechos de que José Andrés fuese hijo de otra madre y que lo separaran más de treinta años de edad de José Santos, permite pensar como muy probable que uno y otro crecieron en hogares diferentes; y que ambos (medio) hermanos no se conocieran íntimamente hasta 1814. Al no conocer la fecha exacta de nacimiento de José Andrés, se queda corta al imaginar que se llevaban “diez o quince años” (Nacimiento, 48), cuando la distancia era de 34.

De Petrona Benavides consta que era sobrina del sacerdote Blas Miguel de Zamorano, orureño, quien en 1751 fundó una capellanía de 550 pesos sobre sus casas en la ciudad, pero en 1770 el visitador del arzobispado, Juan de la Cruz Paredes, encontró que no había tenido efecto aquella orden de fundación, por lo que dispuso la tasación de la vivienda y nombró primer capellán al Dr. Fernando Navarro; parece que tiempo adelante volvió a quedar vacante, pues José Andrés postuló a ella en 1803.

Demélas (120) se limita a suponer que José Andrés siguió sus estudios en la Universidad platense de San Francisco Xavier; tampoco yo tengo dato alguno fehaciente sobre sus estudios clericales (fecha, lugar, títulos alcanzados…); pero sí puedo decir que en 1787 recibió las órdenes mayores de manos de su arzobispo San Alberto, por tanto a sus 25 años de edad. En algún documento aparece con el título de licenciado (no de doctor, como afirman tanto José Santos Vargas como Gunnar Mendoza y, siguiéndolos, Demélas, Nacimiento, 47); y creo más probable que se trate de Teología.

A partir de la ordenación, parece que –como tantos otros representantes del ‘bajo clero’– su primer fuente de ingresos fue una capellanía: en efecto, el 20 de agosto de 1789 da poder a José Pimentel para que pida se le dé posesión de la capellanía instituida el 15 de febrero de 1789 por Petrona Vida, india de Paria pero residente en Oruro, pues su hermano Ventura Vida, albacea, le ha instituido capellán “por ser incongruo y vecino de esta villa”. Está claro que no tiene fuentes seguras de subsistencia. No sabemos por qué, pero la aprobación del arzobispo San Alberto no fue suscrita hasta el 9 de noviembre de 1802 (parece forzoso pensar que en 1789 fue nombrado otro capellán).

Sin embargo, en 1799 figura como ‘Teniente’ de la doctrina de Turku, en Karanqa. Ese mismo año consta de un viaje suyo a La Plata (muy probablemente para ‘muñequear’ algún nombramiento eclesiástico, acaso el mismo de Turku): allí, el 8 de agosto, da poder a José Pimentel, Procurador de Causas ante la Audiencia, para cualquier negocio que se le ofrezca ante los tribunales; de hecho, por aquella época aparece en los papeles como sacerdote ‘domiciliario’ del arzobispado: etiqueta que, como la define el Diccionario Histórico de Bolivia, describía al “joven clérigo recién ordenado que no había obtenido todavía ninguna parroquia en concurso de curatos”, es decir, sin beneficio, patrimonio o pensión.

(continuará)

Fuente: LA PATRIA
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