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Domingo 21 de noviembre de 2010

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Cultural El Duende

“¡Pero, che!”

21 nov 2010

Fuente: LA PATRIA

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Borges aborda con resignada frecuencia y meticuloso desdén a Nietzsche. Algunas veces en forma directa, como en “La doctrina de los ciclos”, y otras de manera velada, a través de los temas recurrentes que plantea a lo largo de su obra, sin menoscabo de la maravillosa singularidad de cada uno.

El Eterno Retorno –Esa doctrina, dice, precisamente, en “La doctrina de los ciclos”, a tiempo de evocar su antigua genealogía con inusual aspereza…– se repite en prosa y en verso como una suerte de eterno retorno que, por lo demás, se apresura a reconocer literalmente el propio Borges, en la primera línea del “El tiempo circular”, aceptando su regresar eternamente al Eterno Regreso… Así, está en “Everything and nothing”, que propone que Shakespeare es un espejo de Dios, que es y no es a la vez todos y cada uno de los personajes de su obra… está en “La noche cíclica”, que propone melancólicamente la asfixia de un tiempo circular… Está en “El encuentro”, que propone que los hombres son meros accesorios de los cuchillos letales… Está en “El instante”, que propone la caducidad del pasado y del futuro… Está, pues, en la reflexión final de “El tiempo circular”, que propone que la existencia del hombre es una cantidad constantes, que nos salva inclusive del infortunio de los gobiernos temporales…

Y también es recurrente el planteamiento de la voluntad nietzscheana, con las referencias inapelables a Schopenhauer, ciertamente… Está en “Historia de los ecos de un nombre”, que propone que todo es ilusión, más allá de la voluntad… Está en “Guayaquil”, que propone que la voluntad de Zimmermann puede imponerse a la casualidad del nombre… Está en…Ambos sugieren, paradójicamente, una especie de fatalismo que no anula la voluntad…

Porque Borges es paradójico como Nietzsche… Por eso abraza con nobleza la delicada apología de su imagen Histórica, deformada sin culpa en la Segunda Guerra Mundial, no sin antes, ciertamente, especular sobre el presunto caso de plagio del Eterno Retorno, citando a sus precursores con fragor reglamentario, y de especular sobre una confusión deliberada en su pensamiento, destinada a ser esclarecida de cualquier forma por la posteridad… –“Quienes hablan de Nietzsche sin comprenderlo, quienes confunden su ética individual con la ninguna ética del nazismo…” decía en un artículo publicado en “La Nación” de Buenos Aires (“Nietzsche. El propósito de Zarathustra”), el 15 de octubre de 1944.

Porque… Borges pensaba que en “La Trama” montada por “El Hacedor”, la expresión asombrada de Cesar cuando descubre a Marco Junio Bruto –“¡Tú también hijo mío!”– entre los romanos que apuran fatalmente el puñal contra él, está destinada a repetirse diecinueve siglos después en el sur de la provincia de Buenos Aires, cuando un gaucho descubre entre los gauchos que apuran fatalmente el puñal contra él a un ahijado suyo y al caer alcanza a decirle, con una suerte de piadosa resignación: “¡Pero, che!”

Roberto Barbery Anaya. Bolivia

Fuente: LA PATRIA
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