Un accidente ocurrido pocas horas atrás dejó un lamentable saldo de ocho víctimas fatales y 30 heridos, luto en varios hogares y dolorosa situación entre familiares de heridos, debido a una circunstancia inevitable que fue generada por uno o ambos conductores de una flota y un camión.
Tuvo que existir una causa para que se produzca el lamentable hecho, de acuerdo a los informes preliminares se menciona imprudencia de ambos conductores, seguramente uno que corría demasiado y no pudo frenar a tiempo para evitar la colisión o el otro que no observó detenidamente la carretera antes de maniobrar desde fuera de ella para ponerse en el carril de asfalto.
Ninguno de los conductores tenían señales de haber consumido bebidas alcohólicas, por tanto se encontraban sobrios pero posiblemente distraídos o talvez cansados. Determinar esas condiciones será parte de una minuciosa investigación técnica que establezca con claridad las responsabilidades del hecho que causó dolor y luto en muchas familias.
Sin embargo, fuera del hecho estrictamente accidental es importante analizar otras situaciones afines o derivadas del trágico suceso. Por ejemplo saber si existe la adecuada señalización vertical en proximidad de la zona de trabajos iniciados en lo que será la doble carretera y que durarán muchos meses, tiempo en el que se debe adoptar serias medidas de seguridad para que no se repita lo de horas atrás.
Si existe señalización particularmente que avise con la debida antelación a los conductores sobre la realización de trabajos, gente o movilidades que cruzan la carretera, desvíos forzosos u otro tipo de alteraciones en la ruta, la responsabilidad de cualquier accidente será de los conductores que irresponsablemente no tomen en cuenta las advertencias y poniendo en peligro la seguridad de pasajeros. La misma carga de delito tendrán los chóferes de camiones de transporte, maquinaria pesada u otras unidades que estén bajo mando de una empresa constructora que efectúa obras en una carretera y que no tomen en cuenta las advertencias de peligro y cuidado que se requiere en un largo proceso de trabajos.
Falta disciplina profesional entre los conductores de vehículos de servicio público, especialmente de los grandes buses que transportan cerca de medio centenar de pasajeros en cada viaje. Los empresarios o propietarios de estos servicios deben ocuparse de capacitar adecuadamente a sus conductores de manera que principalmente se respeten señales y no se infrinjan disposiciones de tránsito. Ejecutivos de empresas constructoras están obligados a disponer de una gran cantidad de señales, visibles y adecuadamente colocadas en los espacios de prevención oportuna de accidentes. No cumplir con ese requisito es vulnerar también el reglamento de tránsito.
Lo más importante es que en los retenes de salida de las ciudades el personal de Tránsito advierta a los conductores sobre las precauciones que se debe tomar en zonas de trabajo o de alteraciones obligadas en las rutas de viaje.
La seguridad de las personas en general es responsabilidad de autoridades y empresarios, pero sobre todo de los conductores de todo tipo de movilidades.
Fuente: LA PATRIA
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