Martes 16 de noviembre de 2010
ver hoy
En las últimas horas han surgido informaciones extraoficiales desde la ciudad de Cochabamba, sede de la Liga del Fútbol Profesional Boliviano, por el cual se advierte que el estadio “Jesús Bermúdez” de Oruro y el Gran Mamoré de Trinidad, serían sancionados con el cierre temporal, como consecuencia de los supuestos actos de violencia que se habrían registrado tras los partidos que se jugaron el pasado fin de semana.
Si bien las advertencias fueron realizadas por dirigentes vinculados al futbol nacional, no deja ser preocupante porque se pretende aplicar sanciones, cuando en todas las fechas en diferentes escenarios se registran esta clase de hechos que nadie ha dicho nada, menos ha clausurado y sancionado económicamente al club que supuestamente habría cometido.
En el caso de Oruro, se argumenta que el pasado domingo 14, una vez que concluyó el partido San José – Bolívar, se habría registrado un enfrentamiento entre integrantes de las barras de ambos clubes, debido a la victoria del equipo de Bolívar ante el dueño de casa San José.
Si la Policía tuvo que utilizar gases lacrimógenos, fue para dispersar a los hinchas, en su mayoría jovenzuelos que pretendían enfrentarse. La medida se cumplió para controlar a los hinchas, situación que es comprensible porque esa es función de la Policía, pero también que hay que reconocer que muchas personas que nada tenían que ver con la crisis emocional de los hinchas, soportaron las consecuencias de los gases.
Fuente: LA PATRIA