Los tres proyectos más importantes de Oruro son parte de la cadena del desarrollo regional, por tanto son eslabones que no se pueden omitir o demorarse en su ejecución. Se trata de coordinar las tres tareas de manera armoniosa, tanto así que en un momento dado, que ojalá no sea a largo plazo, todo el sistema debe marchar como un buen reloj.
La idea en si es producto del interés de empresarios privados, dirigentes del sector cívico, laboral y debería ser también prioridad para las autoridades y los parlamentarios, de modo que existiendo el financiamiento necesario para cada caso todo es cuestión de empujar los tres proyectos al mismo tiempo y con la misma fuerza.
Son muchos años que se espera la conclusión de obras de asfaltado de la carretera hacia Pisiga, como tramo ineludible en la vinculación bioceánica que es necesaria en la perspectiva de funcionalidad del Puerto Seco. No menos importante es el aeropuerto diseñado para grandes operaciones de carga y pasajeros en un sitio geopolíticamente estratégico como es Oruro, por eso el sentido práctico debe inducirnos a los orureños a exigir y seriamente el avance del triple proyecto para el desarrollo orureño.
Cuando mencionamos este anhelo conjunto lamentablemente aflora una lógica reacción humana de enfado y de frustración al saber que precisamente en los tres proyectos orureños hay trabas muy serias generadas por irresponsabilidad de nuestras autoridades, con la cómplice apatía de dirigentes institucionales y de parlamentarios que no tienen voluntad y capacidad para exigir que todos los obstáculos sean allanados y eliminados esos problemas se avance sin pausa y sin tregua a la concreción de los objetivos trazados.
Hay que activar de manera más radical el trabajo de la ABC y otras empresas en los tramos inconclusos de la vía hacia Pisiga, hay que regularizar sin mayores vueltas pero de manera enérgica el proyecto del Puerto Seco y no se debe demorar más la presentación del proyecto a diseño final del aeropuerto internacional.
Como se observa la actual situación es de meros trámites que deben allanarse con voluntad política, con energía institucional y con una fuerte dosis de advertencia legal contra quienes incumplan sus deberes formales y sean parte de lo que ya se ha calificado como “un abierto sabotaje” al progreso de Oruro.
Estamos a escasos 45 días de que culmine el año 2010, que políticamente fue mencionado como el “tiempo del desarrollo departamental”…El tiempo pasa inexorablemente y por las condiciones expuestas, recogiendo el pensamiento ciudadano, nos permitimos plantear que hasta fin de año sean eliminados todos los escollos en la parte de trámites del triple proyecto de crecimiento regional, de manera que el próximo año, comiencen las obras hasta su total culminación.
No hay nada que esté fuera de posibilidades de cumplimiento real, se trata de acabar con la burocracia, la irresponsabilidad y el conformismo. Oruro no puede seguir esperando voluntades políticas, merece atención pragmática, real y efectiva a su anhelado proyecto de consolidar su desarrollo.
Fuente: LA PATRIA
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