Providencialmente, me encontraba en Cochabamba la tarde del sábado pasado deliberando junto a mis amigos sabios greco-cochabambinos del Atejeo Pericles, cuando mi comadre Macaha irrumpió en los salones del Bar Comercio para decirme en la oreja “dentro de unos minutos nuestro Presidente Evo será sometido a una operación quirúrgica de su “morocho” izquierdo!!!”
Ese mismo instante pedí la palabra y dije a mis amigos pensadores: Señores Académicos y algunos Aka de Micos: Pido suspender la sesión no sin antes declarar un minuto de silencio en homenaje a la rodilla izquierda del Presidente del Estado Plurinacional, Multicolor y Folklórico que acaba de ser anestesiada por especialistas en la Clínica “Los Olivos” de esta ciudad.
Mi anuncio causó estupor en los académicos, alguno derramó una lágrima, mientras el presidente anunció que se comunicaría la terrible noticia al Presidente de la República Islámica de Irán señor Mahamud Ahlamahdinabyá, al Comandante Fidel Castro y a su hermano Raúl, al Presidente de Venezuela y a los mandatarios del Ecuador y Nicaragua esta emergencia médica, producto de las futbolísticas del número diez boliviano. Anunció que fue aprobado por unanimidad y que mereció aplausos y el que se agregó que también debería ser comunicado el hecho a la FIFA, Federación Internacional de Fútbol Asociado, Presidente de Suiza.
Cuando Macacha vino al Bar Comercio para trasladarme a la Clínica “Los Olivos” en mi motocicleta Hardley Davidson fue asediada a preguntas por los Académicos y ella con lágrimas en los ojos les respondió que la operación quirúrgica no entrañaba peligro y que dentro de algunas semanas el Presidente Morales volvería a sus prácticas futbolísticas, palabras que aliviaron a toda la afición política y deportiva del país. Mi comadre concluyó su informe con esta sentidas palabras “!Qué mala pata!”.
Mi comadre me condujo hasta el centro quirúrgico utilizando nuestra sirena de ambulancia y todos los vehículos nos dieron paso, mientras los transeúntes cochabambinos se preguntaban qué estaba sucediendo, aunque en pocos minutos se difundió la terrible noticia de que el líder del país y de los cocaleros del Chapare sería operado de su rodilla izquierda, los que le impediría jugar al fútbol durante seis semanas.
Naturalmente, cuando quisimos ingresar al centro quirúrgico fuimos impedidos de hacerlo, aunque mi comadre Macacha -sin consultarme- de los guardias que yo me hallaba dispuesto a donar mi rodilla izquierda en caso de que los médicos dispusieran un transplante de “moroko”, recurso que felizmente no fue necesario.
Al retornar a La Paz le dije a mis comadre Macacha que me pareció un abuso de confianza el que ella hubiera operado mi rodilla izquierda para ser transplantada al Presidente Evo en caso de necesidad y utilidad pública, pero ella me hizo unas carantoñas y me acarició mi “moroko” izquierdo diciendo que era bueno para bailar pero no para gobernar a este país tan difícil y complicado.
PAULOVICH
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