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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 Tradiciones y costumbres se mantienen después de 404 años - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
Tradiciones y costumbres se mantienen después de 404 años
01 nov 2010
Fuente: LA PATRIA
Los Urus, una población pacífica dedicada a las artesanías y devota de sus costumbres
• Por: Itza Terrazas Herbas - Periodista
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Los pobladores de Oruro, antes de la invasión y conquista de los aymaras, quechuas y españoles, eran gente considerada pacífica, llena de tradiciones y leyendas, que en la actualidad mantiene algunas de estas expresiones culturales por más de 400 años. Oruro antes de su fundación estaba geográficamente ubicada en el altiplano central, e históricamente en un tiempo de declinación de las culturas de la región, un periodo que marca el comienzo de la conquista española del Inmenso Kollasuyo.
La localidad de Paria fue inmemorialmente anterior al Tiawanacu y al Cuzco, este sector fue la metrópoli de la cultura Uru, cuya difusión ocupó lo que actualmente es el departamento de Oruro.
Afortunadamente los investigadores tomaron en cuenta a los Urus y antiguos pueblos de las regiones andinas a los que se les atribuye la domesticación de los auquénidos, la introducción de la agricultura con la creación de terrazas en los cerros y zonas altas, aptas para la siembra y cosecha, organizaron sistemas de riego y hasta ahora se pueden encontrar vestigios que prueban su existencia y habilidad, idearon tejidos, cerámica, entre otras cosas.
Su religión era politeísta adoraban a la luna, animales como el cóndor, el puma, la serpiente. Creían en la reencarnación, por ese motivo los muertos eran enterrados con sus preciadas posiciones, dando lugar a los chullpares que como muestra se pueden encontrar en el Museo Antropológico Eduardo López Rivas en la zona Sur de la ciudad de Oruro, y en regiones lejanas del departamento del mismo nombre.
Los descendientes de los primeros Urus son los habitantes que se encontraban en Paria, de los cuales se sometió su extensa jurisdicción primero por los collas, luego por los aymaras y los quechuas, aprovechando la actitud pacífica de este pueblo, que tenía más interés por la creación y el estudio para mejorar su condición de vida. Lastimosamente, por las constantes conquistas sólo quedaron algunos restos de lo que fue esta cultura ancestral.
Paria fue considerado por los investigadores como un pequeño Cuzco porque en este espacio se concentró la administración y milicia, puesto que estaban bajo esta jurisdicción numerosos pueblos, desde este punto el Inca ejercía soberanía en el Kollasuyo, según las investigaciones realizadas por Ángel Torres Sejas en su libro “Oruro en su Historia”.
El investigador también describe que en este sector existían templos para la adoración de dios de los incas, el Sol, también tenían una casa para las ñustas, edificaciones civiles y castrenses, graneros y tambos.
Paria estaba situada en el camino real del inca que partía del Cuzco hacia la provincia de Chile hasta el Río Maule, el confín del imperio Incaico. A principios de junio de 1535 Paria se encontraba en el camino que tomaron los españoles
para la conquista de Chile, a su llegada a Paria, casi destruyeron y refundaron a tres kilómetros del sitio original, la provincia de Paria. El ejército conquistador estuvo bajo el mando de capital Juan Saavedra, entre ellos se encontraba el capitán Lorenzo de Aldana.
La traducción de la palabra Paria aún no es descifrada, pese a que se encontraron similitudes en varias culturas Latinoamericanas, de la India y otros continentes, en algunos coincide el significado que se da al vocablo Paria como “el menosprecio de la cultura que está sometida”.
Entre 1535 a 1606 Paria mantuvo su rango como una provincia central, para los españoles, ya que ellos eran los corregidores que controlaban y registraban las peticiones de minas que se redescubrían y descubrían.
La población está muy bien dotada de insumos e inmuebles puesto que desde Arica se recibían mercancías y desde Cochabamba azogue, productos agrícolas y de Tucumán se importaban maderas y telas, Paria era una activa Villa con ambiciones de progreso.
El redescubrimiento de las minas de plata y la explotación en las minas de Uru Uru en 1595 y posterior fundación de la Villa San Felipe de Austria el 1 de Noviembre de 1606, opacaron los privilegios que tenía Paria, si bien en las riveras del río próximo se instalaron ingenios argentíferos y se desarrollaron florecientes industrias de derivados de carne vacuna y lácteos, hoy sólo se recuerda la importancia que tuvo este espacio histórico para los orureños ya que en 1826 Paria fue una de las tres extensas provincias, en la actualidad sólo es un cantón.
Por otra parte, el Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, es uno de los componentes más resaltantes de la cultura popular, que concentra la relación entre lo urbano y rural pese a la diversidad ideológica de la población.
La cultura orureña surge desde la mirada de la vida cotidiana, desde el punto de vista de las costumbres, tradiciones, cuentos y leyendas que son historias favoritas de generaciones recientes y de turistas que circulan por la ciudad de Oruro.
Este fenómeno de evolución constante se desarrolla desde los inicios de la fundación de la Villa Real San Felipe de Austria, el 1 de noviembre del año 1606, sustituyendo al antiguo nombre de “Asiento de Minas San Miguel de Oruro”. La fundación se debió al descubrimiento de vetas de plata en los cerros que circundan la ciudad, particularmente “La Tetilla”, “San Cristóbal”, “La Flamenca”, “San Miguel”.
Originalmente Lorenzo de Aldana, cuyo nombre nos acerca a una famosa leyenda urbana, fue el primero que explotó estas minas.
Esta ciudad cosmopolita, moderna e industrial a inicios del siglo XX hasta inicios del siglo XXI, encierra un sinfín de diálogos culturales entre la ciudad y el campo, con la convivencia y prácticas culturales, como las creencias religiosas y costumbres entre lo andino y pagano.
Una de las herencias culturales más antiguas son las tradiciones, cuentos y leyendas basados en la herencia oral confiada en la memoria de los más antiguos miembros de las familias orureñas.
Los mitos y tradiciones populares en torno a deidades y dioses son manifiestos de agradecimiento especialmente por los mineros al “Tío de la Mina”, siendo éste uno de los mayores sobrevivientes de la cultura andina.
Otra de las deidades es la Virgen de la Candelaria, que es parte de muchas leyendas, entre ellas la que da origen al Carnaval de Oruro, sobre todo en su esencia filosófica, retrata la configuración de tres ídolos aún vigentes en la realidad costumbrista del pueblo y cuya secuencia se presenta cuando “Huari”, el dios del mal, dominador de los Andes decidió castigar a los Urus, habitantes de esta región, custodiada por cordilleras, para que se arrepientan de sus pecados.
Es así que en el departamento de Oruro se originó la leyenda sobre la invasión a la Villa de los Urus por animales gigantescos: un sapo, un lagarto, una víbora, un cóndor y las hormigas, los cuales fueron convertidos en rocosas gracias a la protección e intervención de una Ñusta Uru, esta leyenda está sustentada por la muestra clara de salientes pedregosas, ubicadas en varios cerros donde se observa en horas crepusculares el bellísimo fenómeno altiplánico.
También es parte la leyenda del Chiru Chiru, esta historia surge en el año de 1879, este personaje era el terror de la Villa de San Felipe de Austria, fue un bandido llamado Nina Nina o Chiru Chiru; se cuenta que este bienhechor pidió la mano de la joven Lorenza, hija de un comerciante acaudalado llamado Sebastián Choquiamo, el cual tenía su tienda en el Conchupata.
Lastimosamente, en un encuentro trágico el Chiru Chiru perdió la vida y su cadáver fue encontrado a los pies de la Virgen de la Candelaria que actualmente se encuentra resguardada en el Santuario del Socavón, la cual es visitada por millones de devotos y danzarines entre el mes de febrero o marzo.
Los orureños, con el tiempo supieron mantener estas historias maravillosas, que describen el espíritu del pueblo, dedicado a la minería desde su fundación, pero aún mantiene esa esencia original de creación y habilidad para las artes en general y respetuoso de sus tradiciones, costumbres y leyendas.
Fuente: LA PATRIA
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