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Oruro, siempre Oruro - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
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Invitado


Lunes 01 de noviembre de 2010

Portada Principal
Separata Fundación de Oruro

Oruro, siempre Oruro

01 nov 2010

Fuente: LA PATRIA

Tu credo es ser lumbre,

Espiga, abecedario, raíz, fuego,

Faro de libertad.

Inefable como la altipampa

se te advierte desde el horizonte,

luces como, prisma de una liturgia

mística, infinita, límpida, generosa.

Los moradores, vigías de estas tierras,

ciertamente se han asentado

para escribir epístolas de la fundación

bajo un cielo que tenga vida significativa,

agua dulce y perenne,

vientos heredados del tiempo

fuego infinito hasta los rescoldos.

Surge este combativo suelo mágico,

donde se advierten cerros ocres,

ánforas que se bifurcan en caminos subterráneos,

como guardianes de este espacio hecho para ceremonias.

Rememoramos el día de la fundación

Cuando un tríptico natural se erige

en este asiento:

sol, homilía y bendición,

se asoma el horizonte y la memoria

se encienden las estrellas

es la vida que nace y se encadena

en los gritos, en los silencios, en los murmullos

en los presagios de la noche

¡oh! Antigua Villa de San Felipe.

Eres inconfundible en tus jornadas de lucha

devota de la libertad.

Has dejado pasar tormentas,

humaredas, grises nubes, aires incandescentes

y fríos que congelan

a veces no solo el agua también el alma.

Eres el centro de la geografía,

del azul hermoso que se contempla desde lejos,

del destino que Dios bendito, Creador de la vida

permite seguir siendo cirios, y que el destino

lo hacemos nosotros.

Oruro, tu escudo se yergue con el Sajama

que majestuoso, soberbio, colosal

se eleva misterioso

como torre ansiosa de ascender

hasta el arco iris.

Oruro, el lago Uru Uru seco,

evaporado en los albores de calendarios de sequía,

resume sus orillas en costras agrietadas

como umbral que delata una veda prolongada,

andan no solo las pupilas,

sino la pena de saber que las aguas gradualmente se alejaron,

los peces no dejaron huella

y las aves migraron para multiplicarse

en espacios que tal vez tengan remos.

Oruro, mi ciudad luz

qué más cantarte, si me sorprendes

con tu vocación diáfana, consecuente y piadosa

de seguir alumbrándonos, cobijándonos

sin duda de tu visión y misión

de ser la página del libro de la vida

tangible en los encuentros de remembranza,

cuando el péndulo del tiempo señala que

son cuatrocientos y cuatro años

de no reposar en los versos

que el poeta constantemente te canta,

saca a luz los leños de las palabras,

provoca nostalgia en tos ausentes

que habitan en sitios lejanos,

con otros anocheceres de esperanza,

y nosotros despiertos en el aura de tu nombre,

nos inclinamos reverentes

conscientes o inconscientes

dolentes o indolentes,

todos recapitulando

y describiendo

las variaciones de tus aceras,

tus parques invernales,

la galería de libros que atesora la biblioteca

desde tu fundación,

los notables confundidos en el panteón

con una historia escrita y descrita

para la eternidad,

¡Oruro!

Siempre has de ser música, voz, ruido, nido.

Tu fuente inagotable es la inspiración,

porque aquí habita el frío, contrasta con el calor

humano que nace desde el corazón,

con el principio de luz y verdad,

las elegías que se escriben y se repiten a tu nombre,

perpetúan en el lienzo del cielo.

Oruro,

aquí se respira con tos vientos permanentes

la altiplanicie se alumbra y vislumbra

con la terraza del Conchupata

que erige en su espacio el ofertorio

que nos identifica, no solo como campanario

sino que te consagras en el cosmos

con el Faro de la libertad.

Por: Marlene Durán Zuleta

Poeta, escritora, compositora y miembro de la Sociedad de la Guerra del Chaco.

Fuente: LA PATRIA
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