Diseñador Gio Domínguez convierte a cien reclusos en modistos de alta costura
24 oct 2010
Fuente: Cali (Colombia), 23 (EFE).-
“Vitrales”, la colección del diseñador colombiano Gio Domínguez, se convirtió en realidad gracias a las manos talentosas de más de cien reclusos de las cárceles de Colombia que participaron en las labores de costura y confección de los modelos.
Domínguez, que lleva siete años trabajando con moda social, recorrió penitenciarías por todo el territorio colombiano para buscar talentos artesanales que pudieran ayudarlo en la manufactura y a la vez poder “llevarles también un poquito de felicidad”.
“Hago esto por hacer de la moda un medio de comunicación para expresar algo, para protestar por algo, para sensibilizar por algo. Conmigo trabajaron narcotraficantes, homicidas, gente que se ha equivocado, pero que quiere demostrar que puede ser útil”, dijo el diseñador en una entrevista con Efe.
Domínguez destacó la capacidad de muchas de las personas que están recluidas, “gente que se equivocó y que ahora puede mostrar su trabajo, mostrar todo lo lindo que hace”.
Durante 47 días los presos de diferentes cárceles de los departamentos del Putumayo, Nariño, Cauca y Valle fueron trasladados a la prisión de la localidad de Jamundí, cercana a Cali, para dar forma a los diseños de Domínguez.
“Fue un proceso de romper paradigmas, al principio había personas que creían que no podían hacer una colección de alta costura, y yo les presenté un vídeo, les mostré todo lo que había que hacer y sencillamente ellos se fueron enamorando del trabajo. Fue una cosa demasiado bonita”, confesó.
La colección, que ha desfilado en la pasarela del Cali Exposhow que hoy cierra sus puertas, está inspirada en el arte religioso popular, en las iglesias colombianas que con “una arquitectura bellísima” destacan también por su mezcla de color.
“Lo presenté con una mezcla de retazos cosidos a mano y técnicas de bordado, de calado, de broché, de macramé. Técnicas que las abuelas utilizaban hace mucho tiempo y hoy en día se recuperan para crear prendas de moda”, apuntó.
Domínguez convirtió así una colección de moda en más que una ilusión y el proceso de elaboración dejó en el camino, entre otras cosas, tres historias de amor porque “por primera vez en el mundo” hombres y mujeres recluídos vivieron juntos entre las mismas rejas.
“Para ellos fue volver a nacer, volver a sentirse importantes -comentó-. Había una señora que llevaba más de cuarenta años trabajando en alta costura, y mató a su pareja y ella me dijo que con este proceso ella había vuelto a creer en ella, que se había intentado matar dos veces, y se había dado cuenta de que tenía muchos valores”.
Cuatro de los reclusos de los que trabajaron con Domínguez pudieron acompañarle durante el cierre del desfile gracias a un permiso concedido por el Ministerio de Interior y Justicia.
“Que cuatro reclusos me acompañaran en el desfile, que el Ministerio de Interior y Justicia me permitiera que ellos salieran, que ellos pudieran tener contacto con gente del exterior, fue un momento que hizo llorar a los asistentes y me hizo llorar a mí”, dijo el modisto.
“No solamente puedo hacer moda sino que también puedo ayudar a otros a ser felices, aunque sea un momento”, agregó.
Fuente: Cali (Colombia), 23 (EFE).-
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