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Domingo 24 de octubre de 2010

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Cultural El Duende

Nosotros en la piedra escalonada

24 oct 2010

Fuente: LA PATRIA

Luis Fuentes Rodríguez

Tiwanaku en la piedra sola,

de Orjana, la de los cuatro dedos en las manos

balsa de piedra amarrada por hilos inasibles,

en la sombra de la antigua totora placentaria.

Territorio anterior, sigiloso,

donde los hombres dejamos

nuestras viejas memorias.

Puma de oro, vértigo de la mirada

de un dios invisible en la tiniebla del erial

o en las alas del viento de las cordilleras;

pez suspendido en la noche…

Tú, soledad, vuelta de adentro,

oculta todavía en los signos del agua

sin vigilia; pero presta a lavar nuestras mortajas,

estando ausente nuestros huesos.

Eres una Waca undívaga

que enmascara las palabras

ocultas, derramadas en la quietud de las almas.

Antorcha, tú –de las illas–, salvadora de la muerte

y de la oscuridad.

Tú cargas –liviano– el secreto de los

domadores del rayo.

(porque columbras la eternidad

llena de peces y de corales de esmaltes, gualdas

siete, siete mil escalones en la escala,

en el único sonido que toca a los dioses de Los Andes)

Zócalo del mar aún no nacido

eres el pensamiento del sueño

de la creación:

otra vez, otras veces, muchas veces. ¡Siempre!

Nosotros Pacha, espuma seca,

fuego mojado en los destellos,

onda sumergida en la pavorosa sequedad

insepulta de los astros.

Tu mudez flota en el aire entre las cosas

que todavía nadie ha visto,

y que no acabarán porque no tienen comienzo

¡Ellas están nuevas, con su tiempo, haciéndose

de nuevo otra vez y otra y otra!...

La muerte no puede vencer nuestros secretos

¡Ni siquiera la vida!

Nos alumbra tu sol que no envejece

con su edad que renace de sí mismo

en un lugar de silencio en que estamos

develándonos, a un salto de los astros.

Tiwanaku: procelosa red luciente

que oculta los secretos finales del océano

seco en la tierra. ¡Oh perspicuidad

que enceguece los regueros quebrados

de los astros, de nuevo renacidos en las wacas andinas

y en cántaros de oro de los espíritus

del cosmos, ¡sin posible término ilusorio!

Fuente: LA PATRIA
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