Al estar en vigencia el nuevo concepto de las “autonomías departamentales” es imprescindible asumir esa responsabilidad en el marco de normativas vigentes, pero sin descuidar de apropiar ciertas condiciones a la realidad de cada región, de manera que las mismas respondan a realidades que por supuesto son muy diferentes en oriente u occidente, por hacer referencia a mínimas situaciones que merecen tratamientos específicos en cada caso.
Si bien el proceso autonómico conlleva una matriz general de aplicación en su contenido de administración departamental fundamentalmente con el objetivo de impulsar la capacidad de la gestión pública, desde la aprobación de un conjunto de medidas hasta su aplicación en el desarrollo de las actividades que fuesen “normadas” por los estatutos autonómicos, hay una implícita e ineludible responsabilidad para alcanzar -en cada caso- el cumplimiento optimo de los anhelos populares.
Se trata de fortalecer las potencialidades -naturales- de cada región que inclusive en un solo departamento son diferentes pero igualmente valiosas a tiempo de su cuantificación para ser utilizadas en servicio de la comunidad.
Lo que preocupa en realidad es que en muchas gestiones -casi en todas- se han diseñado Planes de Desarrollo Departamental (PDD,s) documentos que fueron elaborados a partir justamente del estudio de las riquezas o recursos naturales propios de cada provincia, del municipio o regiones específicas de ahí que la diversidad de oportunidades para desarrollar globalmente el departamento son variadas y en el caso de Oruro de cualidades excepcionales.
Se pierde valioso tiempo en desechar todos los planes anteriores y rediseñar otro que sólo con el cambio de presentación gráfica y la copia de elementos expuestos en los PDD,s pasados se actualiza para justificar el proceso de cambio desde la concepción de un buen plan de desarrollo que muestre otra cara, pero un mismo contenido…y eso es simple de entender, pues los factores adversos siguen siendo los mismos desde hace años, las soluciones no se dieron en la expectativa de entonces y en la actual, por tanto sólo hay que actualizar ciertos procedimientos para acceder a nuevas formas de financiamiento, entendiendo también que nuestros recursos naturales esperan su explotación racional en base a procesos de exploración y cuantificación.
De lo expuesto hay que pasar a la estrategia de adaptación de lo ya existente al sistema autonómico de manera tal que bajo el nuevo concepto de aplicar una administración regionalizada o departamentalizada, la misma sea cumplida con un máximo de eficiencia para evitar los graves problemas que se presentan, por ejemplo con el mal uso de los recursos financieros y cuyo resultado perjudica de forma directa el cumplimiento de metas trazadas.
Lo recomendable entonces es que la “normativa autonómica” responda a la expectativa ciudadana, impulsando los planes productivos de cada provincia o municipio y garantizando el buen uso de los recursos financieros, única forma de atender las necesidades de la población, priorizando la gestión pública como base de la sostenibilidad de una cartera de proyectos que se cumplan paulatinamente, en tiempos fijos y óptimas condiciones. Es la forma en que debe encararse una eficiente gestión pública autonómica.
Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.