Aplicando el rodillo parlamentario y la soberbia fuerza mayoritaria, el gobierno, de todas formas lanzó su discutida Ley contra el racismo y la discriminación.
Por cierto, la gente de prensa (prácticamente todos, a excepción de los medios oficialistas) siguen empeñados, no obstante, en proseguir sus esfuerzos y quemar hasta el último cartucho antes de rendirse.
La ley (aclarémosle una y cien veces) a la que no se opone la prensa, excepto en aquellos artículos “mordaza”, debió ser consensuada mucho antes de su lanzamiento, pero, como muchas leyes en Bolivia, éstas parecen ser asumidas y aplicadas unilateralmente.
REGLAMENTACIÓN
Ahora se viene la etapa de la reglamentación que, aparentemente, podría ser el último escenario para cambiar algunas cosas, pero...
¿Podrán cambiar los detalles pequeños al reglamento grande?, seguramente que no. Los cuestionados artículos 16 y 23, ¿podrán ser “suavizados” en base a algunas reglas de detalle? Habrá que esperar que sí con el último hálito de optimismo que aún nos queda.
Parece que lo más aconsejable hubiese sido comenzar por socializar y consensuar los detalles pequeños para luego culminar con la Ley grande, pero, al parecer se hizo a la inversa. Quizás sea el modus operandi en política, pero siempre es posible cambiar… ¿o no?
Se cortará mucha tela en esto de la reglamentación, sólo es de esperar que ojalá se proceda con mucho sentido común y con amplitud. Pues resulta que hay muchas interrogantes en la ciudadanía, así por ejemplo: ¿Cómo se controlarán los insultos entre barras en los estadios?, ¿qué cosas estarán permitidas y qué cosas no en los mercados, en el trasporte público y en los colegios?, ¿quién controlará el vocabulario en los bares?
Y cuando una parte del pueblo insulte y fustigue a otra parte del pueblo (sean maestros, comerciantes o transportistas) que se hallen en una huelga o marcha, ¿quién determinará lo que se dijo bien y lo que se dijo mal?
¿Será afectado el arte, en cualquiera de sus formas?, ¿qué pasará con la literatura?, ¿llegará a generarse un arte “bueno” y otro “underground”?, ¿cuáles textos escolares serán aceptados y cuáles no?, ¿se reescribirá la historia?
En fin, le daremos tiempo al tiempo y aguardemos la reglamentación.
CUMPLAMOS CON NUESTRO DEBER
Durante varios días más, la prensa recabará firmas en todos los departamentos de la patria. Se nota que hay un decidido apoyo de la ciudadanía.
Se nota que radios, canales y periódicos se constituyen en referentes confiables de la información y en portavoces de las grandes mayorías, cuando éstos fiscalizan y denuncian.
La consigna clásica de la comunicación: Informar, Entretener y Educar, funciona armónicamente con las grandes mayorías nacionales, que en plena libertad ya saben de “sus” radios, “sus” canales y “sus” periódicos.
La ciudadanía sabe que también será afectada por aquellos artículos, pues una censura restringirá su libertad de expresión, muchos reporteros ya no entrevistarán a la gente de a pie y las notas en vivo y directo, quizás se acaben.
Por todo aquello, vayamos a firmar en los libros notariados, expresándonos pacíficamente y aunque no logremos el propósito final, de todas formas habremos cumplido con la historia, con la libertad y la democracia, pero, fundamentalmente con nuestra conciencia (aquel último lugar en el que el hombre es totalmente libre).
(*) Comunicador Social
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.