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Jueves 14 de octubre de 2010

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Ecológico Kiswara

Desastre en Hungría: ¿Podría ocurrir en América Latina?

14 oct 2010

Fuente: BBC Mundo

Desde latas hasta aviones, desde envolturas de chocolate hasta desodorantes. El aluminio está presente en innumerables productos del día a día, pero ¿cuán segura es su producción?

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Un millón de toneladas de lodo tóxico fueron vertidas desde una fábrica de alúmina en Hungría la semana pasada, arrasando varios poblados y contaminando ríos. La pregunta que muchos lectores de BBC Mundo se han planteado es si algo similar podría ocurrir en otras partes del mundo y especialmente en América Latina.

De cerca de 70 millones de toneladas de alúmina producidas anualmente en el mundo, unos 13 millones corresponden a plantas en Latinoamérica, según dijo a BBC Mundo Chris Bayliss, del Instituto Internacional del Aluminio, con sede en Londres.

Hay muchas plantas que producen aluminio a partir de la alúmina, pero muy pocas dedicadas --al igual que la de Hungría-- a refinar la bauxita para obtener alúmina misma. Hay cinco plantas en Brasil, cinco en Jamaica, una en Venezuela y una en Surinam, según una de las estimaciones. La mayor del mundo se encuentra en el estado brasileño de Pará. Las fábricas tienden a estar cercanas a los depósitos de bauxita.

Y lo esencial en estas plantas de alúmina es cómo se almacena el mayor subproducto del refinamiento de la bauxita, el lodo corrosivo que tantos daños está ocasionando en Hungría.

FANGO CORROSIVO

Una vez que se extrae la bauxita, una roca natural, se utiliza soda cáustica para separar de esta roca el hidróxido de aluminio. "Se utiliza soda cáustica porque en determinadas condiciones de temperatura y presión la soda permite la disolución sólo de la parte de aluminio y lo que resta es el barro rojo, de ese color por el óxido de hierro”, dijo a BBC Mundo Sandro Starita, gerente de Medio Ambiente, Salud y Seguridad de la Asociación Europea del Aluminio, EAA por sus siglas en inglés.

Luego tiene lugar un proceso de calcinación, por el que se calienta la mezcla en un horno para perder el componente de agua, dejando solamente el óxido de aluminio o alúmina.

Otras fábricas se dedicarán luego a obtener a partir de la alúmina el aluminio mediante electrolisis, un proceso que utiliza grandes cantidades de energía eléctrica.

El barro rojo y cáustico subproducto de la alúmina es altamente corrosivo, ya que la soda cáustica es extremadamente alcalina, por lo que causa quemaduras y si se ingiere puede ser fatal.

Para almacenar ese fango, "normalmente se hace una primera filtración, extrayendo parte del agua para reutilizarla en el proceso y luego se coloca en reservorios a cielo abierto".

Con la lluvia y con el tiempo, la alcalinidad disminuye en un proceso que puede durar años. Finalmente, los reservorios se tapan y sobre ellos se coloca tierra y nueva vegetación que da mayor estabilidad al terreno y disminuye la erosión.

"NINGUN INCIDENTE SIMILAR"

"El desastre de Hungría tuvo que ver con el colapso del reservorio, con un problema de estructura y no del proceso en sí del refinamiento", señala Starita.

La Asociación Europea de Aluminio emitió un comunicado señalando que "en la Unión Europea ya existe un Documento… con claras instrucciones acerca de cómo hay que construir y mantener los depósitos de residuos de bauxita. Este tipo de depósitos llevan mucho tiempo en funcionamiento sin que hasta la fecha haya habido ningún tipo de incidente similar."

Algunos experimentos en Grecia investigan la posibilidad de reutilizar en el futuro el lodo para la construcción de cerámicas y tejas.

Por ahora, lo esencial sigue siendo el cumplimiento de estándares en la construcción de los reservorios y su constante monitoreo.

Fuente: BBC Mundo
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