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Jueves 14 de octubre de 2010

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Ecológico Kiswara

La humanidad es una especie depredadora del planeta Tierra

14 oct 2010

Fuente: LA PATRIA

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¿Será que la humanidad es una especie depredadora por excelencia? y ¿qué en realidad nos parecemos tanto a organismos unicelulares y parásitos?, tal hipótesis la generamos tomando en cuenta el concepto clásico, de estos animales que se nutren a expensas de otro ser vivo de distinta especie sin aportar ningún beneficio a este último, en tanto que el otro sujeto recibe el nombre de huésped, pudiendo producir a la larga daños o lesiones, aunque parezca gracioso estos conceptos pueden ser argumentados, tal cual manifestó el personaje denominado “agente Smith” en la película de ciencia ficción de finales de los 90, Matrix, al referirse a la especie humana como simples “parásitos”.

Ahora bien, si realizamos una analogía de esta definición, podemos decir que tomando en cuenta que una forma particular de depredación la constituye el parasitismo, acción en la cual un organismo se alimenta de otro con el cual desarrolla un vínculo muy fuerte. Un parásito suele iniciar dicha relación con un único organismo huésped, sin embargo no nos damos cuenta que nosotros resultamos ser los invitados en este gran hogar azul, el planeta tierra.

En pocas palabras el parasito al igual que la raza humana depende metabólicamente de su hospedador, es decir el planeta tierra, sin embargo no es beneficiosa para este.

Podemos argumentar esta posibilidad, manifestando que la humanidad y su actitud depredadora, que a nombre de adelantos tecnológicos y superioridad ante otras especies como la animal y vegetal, en detrimento de ellas podría dejar a nuestras próximas generaciones sin la posibilidad de interactuar con la naturaleza, pues no se toman en cuenta conceptos de desarrollo sostenible o sustentable, tan teorizados, sobre todo a finales de la década de los 80 y en los 90 , durante la denominada “ola verde”, pero muy poco practicados, es en definitiva un tema de autodestrucción.

En este sentido la posibilidad de mirar la historia, para poder corregir nuestros errores es vital, en el cambio de actitud que pretendemos. Es por eso que le damos un vistazo a la actitud humana desde su aparición en el planeta. Los primeros humanos vivieron en armonía con el medio ambiente, como los demás animales.

Sin embargo, con los primeros descubrimientos, se produce su alejamiento de la vida salvaje con la primera revolución agrícola. Nos referimos a la capacidad de controlar y usar el fuego, que les permitió modificar o eliminar la vegetación natural, la domesticación y pastoreo de animales herbívoros llevó al sobre pastoreo y a la erosión del suelo. El cultivo de plantas llevó también a la destrucción de la vegetación natural para hacer hueco a las cosechas y la demanda de leña condujo a la denudación de montañas y al agotamiento de bosques enteros. Los animales salvajes se cazaban por su carne y eran destruidos en caso de ser considerados plagas o depredadores.

Mientras las poblaciones humanas siguieron siendo pequeñas y su tecnología modesta, su impacto sobre el medio ambiente fue solamente local. No obstante, al ir creciendo la población y mejorando y aumentando la tecnología, aparecieron problemas más significativos y generalizados.

El vertiginoso avance tecnológico producido tras la edad media culminó en la denominada Revolución Industrial, que trajo consigo el descubrimiento, uso y explotación de los combustibles fósiles, así como la explotación extensiva de los recursos minerales de la Tierra.

De hecho fue en esta etapa cuando la especie humana empezó realmente a cambiar la faz del planeta, la naturaleza de su atmósfera y la calidad de su agua, en la actualidad, la demanda sin precedentes a la que el rápido crecimiento de la población humana y el desarrollo tecnológico someten al medio ambiente está produciendo un declive cada vez más acelerado en la calidad de éste y en su capacidad para sustentar la vida.

Pero…como fundamentamos en otras ediciones, aún estamos a tiempo, de poder corregir nuestra actitud, es decir cambiar la mentalidad pues actuamos como si fuéramos cuasi “dioses”, cuando en realidad solamente somos una de las especies que acoge con amor esta casa azul, dejemos de ser parásitos y que el beneficio sea reciproco cuando recibamos los productos del planeta, además de mirar el futuro de manera sustentable.

Fuente: LA PATRIA
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