Lunes 11 de octubre de 2010
ver hoy
Érase un momento en la infinita noche de los tiempos
era el proceso de formación de la humanidad,
Cuando en la soledad y tristeza del universo,
Debía existir un ser que represente el amor, la paz y la ternura…
Se había formado ya la naturaleza, con la más infinita belleza,
Existía el hombre para reinar y gobernar el mundo
Formando a imagen y semejanza de Dios, pero faltaba algo…
Que represente precisamente esa imagen divina.
LA MUJER, como poder describirla en su verdadera magnitud,
Una extraña combinación entre la poesía, las flores y la alegría,
O tal vez entre el sufrimiento, el dolor y el sacrificio,
Y porque no entre la lucha, la perseverancia y el valor.
LA MUJER ese personaje que tiene una misión subliminada
Unas veces de hija, otras de esposa y lo más importante de madre,
De lo humano, a lo divino, de lo real a lo imaginario,
De la locura por el amor desenfrenado, a la sensatez espiritual.
Mujer, que encierra lo divino, lo humano y lo sublime,
Fuente: LA PATRIA