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Sábado 09 de octubre de 2010

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Revista Tu Espacio

PORTAL DE LA SABIDURÍA

Las 3 Llaves de la Felicidad

09 oct 2010

Fuente: LA PATRIA

Por: El Alquimista

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“Si quieres venir en pos de mi, niégate a ti mismo, toma tu cruz y sígueme”.

Esta frase contiene una de las enseñanzas más importantes del maestro de maestros: Jesús el Cristo, referente al trabajo interno que debemos realizar para despertar espiritualmente y es la aplicación de los tres factores para la autorrealización íntima del Ser en nuestro diario vivir. Lastimosamente muy pocas personas comprenden en su verdadera dimensión estas tres claves maravillosas del esoterismo crístico, que si las aplicamos correctamente, de instante en instante, nos llevan con seguridad al despertar de la conciencia, a la experimentación de la verdad y la felicidad en nosotros.

Primera Clave: “Niégate a ti mismo”. ¿Qué significa negarse a sí mismo?

El mí mismo es el egoísmo en nosotros, que se manifiesta como los siete defectos que nos hablan todas las religiones del mundo: Lujuria, Orgullo, Ira, Envidia, Codicia, Pereza y Gula; viva personificación de la inconsciencia, de la oscuridad, que es ignorancia de los valores eternos. Negar el mi mismo significa desintegrar estos valores negativos que cargamos como agregados psicológicos en nuestro interior, en base a una sincera comprensión y consecuente arrepentimiento, ejecutando la aniquilación de cada uno de ellos, representados por el dragón de siete cabezas que mora en las profundidades de nuestro interior. En síntesis es un trabajo de Muerte Mística, es decir, matar al defecto para que nazca la virtud opuesta, como el mítico ave Fénix que nace de sus propias cenizas después de incinerarse en su nido de sándalo, incienso y mirra.

Segunda Clave: “Toma tu Cruz”. ¿Qué significa tomar la Cruz?

La cruz desde tiempos inmemorables ha sido siempre un símbolo del cruzamiento de fuerzas creadoras en la naturaleza y el cosmos para dar nacimiento a todo lo creado. Es el cruzamiento del Eterno Femenino, simbolizado por el palo horizontal con el Eterno Masculino simbolizado por el palo vertical, dando nacimiento al hijo de esa creación. Tomar la Cruz significa realizar el Nacimiento Segundo, un nacimiento espiritual a partir de las aguas de vida, que son la energía creadora en nosotros, tal como el maestro Jesús le enseñó a Nicodemo. Es el nacimiento de las siete virtudes opuestas a los siete defectos ya nombrados.

A medida que vamos desintegrando conscientemente los siete defectos, vamos dando nacimiento a las siete virtudes: 1. Castidad, que es amor y pureza. 2. Humildad, que es comprensión y sabiduría. 3. Serenidad, que es paciencia, mansedumbre, empatía. 4. Altruismo, que es alegría por el bien ajeno. 5. Filantropía, que es caridad, desprendimiento, amor al prójimo, ayuda desinteresada. 6. Diligencia, que es recto esfuerzo, laboriosidad, acción inmediata. 7. Templanza, que es moderación, sobriedad, equilibrio. Ahora comprendemos por que el maestro Jesús eligió la cruz para mostrarnos el camino del trabajo interior, basado en la muerte y resurrección. Mueren los defectos, las tinieblas en nosotros y al morir estos nacen las virtudes, la luz, el amor en nuestro interior, resucitando el Cristo en nuestros corazones, levantándose y manifestándose a través de las virtudes que son amor en acción.

Tercera Clave: “Sígueme”. ¿Qué significa seguir al Cristo?

Significa estar preparado para el Supremo Sacrificio. Significa estar dispuesto, por amor, a dar hasta la última gota de sangre por nuestros semejantes. Es vivir de instante en instante, en forma totalmente práctica, las enseñanzas del Gran Maestro, auto-transformándonos, de seres inconscientes en seres conscientes, de criaturas egoístas en criaturas amorosas. De hombres y mujeres esclavos de nuestros propios defectos, traumas, complejos y temores, en hombres y mujeres libres, llenos de paz, amor, alegría, plenitud y sabiduría.

He aquí las tres llaves de la felicidad permanente: muerte mística, nacimiento espiritual en base al sacrificio voluntario y amoroso. “Niégate a ti mismo, toma tu cruz y sígueme”, nos dice el hijo de Dios, recordándonos el camino a seguir para ir en pos de Él.

Propongámonos sinceramente aplicar estos tres factores en forma natural y amorosa en nuestro diario caminar por la vida, transformando nuestras existencias en un verdadero viaje emocionante por los campos de la paz duradera, desarrollando las virtudes conscientes, que son el sumun del Amor en acción y la viva expresión de la Sabiduría Universal, que va naciendo, creciendo y fluyendo espontáneamente en nosotros como fruto de nuestro sacrificio amoroso, que se constituye en un sacro-oficio en el altar de nuestro templo interior que conforman nuestros cuerpos con su gran sagrario, que es nuestro corazón.

Fuente: LA PATRIA
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