Celebración del Bicentenario, un saludo a la Bandera
04 oct 2010
Por: Jorge Lazzo Valera
La programación para conmemorar el Bicentenario de la Revolución del 6 de Octubre de 1810 pasará igual de inadvertida y será otro “saludo a la Bandera” como la celebración del IV Centenario de la Fundación de la Villa de San Felipe de Austria, mientras otras regiones recuerdan estos acontecimientos con responsabilidad y dedicación a lo grande.
La mayor preocupación radica en la manifiesta negligencia de autoridades municipales, los concejales que se han convertido en “fiscalizadores” y están más papistas que el Papa, con actitudes de encono que no sólo perjudicarán a la alcaldesa municipal, sino a las ciudadanía en su conjunto, que es en definitiva la que paga los impuestos y tributos para pagar sus dietas a quienes hasta ahora no demuestran trabajo efectivo.
Ahora surgió el dilema por la aprobación del Plan Operativo Anual (POA) 2011, pero todavía se espera la confirmación del POA 2010 que debe ser ratificado en la Asamblea Plurinacional para hacer efectivo el gasto como única posibilidad de ejecutar los proyectos y obras comprometidas para el desarrollo urbano de nuestra capital.
Las acusaciones son recíprocas, porque los concejales arguyen que la alcaldesa no remitió a tiempo el POA 2011 y esta autoridad a su vez dice haber cumplido con todo lo previsto, aunque reconoce que han “realizando algunos ajustes de forma y no de fondo”, para que la propuesta sea considerada y se supere el rechazo del ente deliberante y consiguientemente pueda darse viabilidad al futuro en los plazos previstos por ley.
Lo cierto es que existe un divorcio entre el Ejecutivo y el Legislativo Municipal, quizá debido a los errores que se comenten en ambas instancias, donde los “inmaculados asesores” hacen de las suyas y disponen a capricho lo que se debe hacer y en vez de ayudar a resolver los problemas, generan una serie de contratiempos que dejan al descubierto la estrechez con que se administra el Gobierno Municipal de Oruro.
En el Concejo Municipal será difícil aplicar las técnicas de conducción de vehículos, de la danza clásica y ballet, así como la venta de hortalizas y legumbres o pollos, para resolver temas tan acuciantes como el mejoramiento de vías, reordenamiento del tráfico automotor, atención a los servicios de salud, educación, construcción del Mercado Central y hasta la redacción de la Carta Autonómica Municipal, más aún si por otro lado hay quienes todavía arrastran vestigios de una anterior administración municipal y alguno que no se define si su función está ligada al Ejecutivo o al Legislativo.
A estos hechos se suman actitudes como la intolerancia, irascibilidad y hasta menosprecio que existe por parte de las autoridades ediles con la ciudadanía, porque se pretende atender de acuerdo al criterio y capricho, lejos de cumplir lo que establece la Ley de Municipalidades vigente y el Reglamento de Debates del Concejo, demostrando en ambas instancias (Ejecutivo y Legislativo) un desconocimiento de la aplicación de la norma, dando como resultados “chambonadas” que se cometen por mal asesoramiento.
Una clara muestra de ello es la invitación que se cursó meses atrás al alcalde del Municipio de La Paz, Luis Revilla, autoridad que llegó a la Ilustre Villa de San Felipe de Austria y fue recibido como un visitante más, no hubo la declaratoria de Huésped Ilustre, no se reunió con los directivos del Concejo Municipal y la alcaldesa firmó un interesante convenio para construir la Plaza del Bicentenario, pero éste está en ciernes porque los concejales no lo reconocen. En esa visita faltó el protocolo, no se orientó sobre cómo se recibe a otras autoridades y primó ante todo la improvisación con el resultado negativo que ya conocemos.
La construcción de la Plaza del Bicentenario habría podido ser la obra estrella, porque ahora hasta el Comité de Celebración está ausente y el trabajo iniciado en la anterior gestión municipal quedó a medias, el Municipio publicó un programa pobre, con errores, falta de diseño y hasta fotografías que hieren al sentimiento de los orureños porque más que mostrar una imagen son “ruido” -como se califica en comunicación- y manchas que deslucen el hermoso paisaje panorámico nocturno de nuestra ciudad.
Se tenía prevista la impresión de un libro dedicado al Bicentenario, pero por algún capricho no será entregado y lo único que ahora queda es asumir con responsabilidad y felicitar por el esfuerzo demostrado por la Fundación Cultural Zofro que entregará hoy el libro “Oruro en la Guerra de la Independencia”, resultado de un coloquio de historiadores y donde figuran autores de reconocida trayectoria y con mucho profesionalismo.
A esto se suma el trabajo realizado por la Universidad Técnica de Oruro, a través de la Dirección de Extensión Cultural y en coordinación con el Comité del Bicentenario, de un documental sobre la Revolución del 6 de Octubre de 1810 que se trabajó en Televisión Universitaria. Se publicó también una revista conmemorativa con apoyo institucional, así como un videoclip musical que entregó el grupo folklórico Yawarmanta con una cueca dedicada al Bicentenario.
El resto de las promesas, sólo son buenos deseos que ojalá puedan concretarse para el tricentenario si nuestras autoridades logran ponerse de acuerdo y trabajar por el desarrollo del tan mentado “soberano” que dicen les dio el voto que hasta ahora no honran ni justifican con la actitudes ególatras y autoritarias que ejercen, perdiendo y gastando su tiempo en acciones que no son propias de una buena gestión municipal.
Antes nos engañaron con un listado de proyectos para el IV Centenario de Oruro y ahora ya ni siquiera tenemos esta larga lista de proyectos vigentes, para poder celebrar una fecha que en justicia corresponde y que además permite recuperar nuestra auténtica identidad de orureños.
(*) Periodista.
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