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Domingo 03 de octubre de 2010

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Revista Dominical

Una mirada a la historia

Oruro cuna de la libertad

03 oct 2010

Fuente: LA PATRIA

Desde el Manifiesto de Agravios hasta la Revolución del 6 de Octubre de 1810 • En esta Tierra nacieron las ideas de libertad para todo el Continente • Por: Dehymar J. Antezana A. - Periodista

Cada ciudad del país se atribuye que fue la cuna de la libertad y fue que en su terruño se iniciaron los primeros movimientos independentistas del yugo español. Aquí no se trata de establecer quien fue el primero, lo que sí que hay que determinar es que dónde se sembraron las semillas de la emancipación, cuyo resultado final fue la formación de una Patria, de una República, hoy cambiada y echada a su suerte.

Las ideas de liberación se iniciaron en Oruro a partir de 1739, cuando se descubrieron, de acuerdo a la “Historia de Bolivia” de José de Mesa, Teresa Gisbert y Carlos D. Mesa Gisbert, una conjuración ocasionada por la mala administración del corregidor Martín de Ezpeleta. La rebelión estuvo fraguada por Don Juan Vela de Córdova, Pachamira y Castro, quienes fueron descubiertos antes de que estallara, se les condenó de muerte.

Mientras que Ángel Torres Sejas manifiesta en su libro “Oruro en su historia” que la primera rebelión contra el dominio español debía darse el jueves 8 de julio de 1739.

Previamente se redactó un documento que luego fue aprobado, ahí se exponía el por qué y el para qué de la temeraria acción, era la filosofía que en ese tiempo imperaba y que posteriormente ese documento sería la base de una insurrección en América que se consolidaría con la libertad e independencia. Repercutió por todo el continente, pese a la muerte de Juan Belez de Córdova, como lo menciona Torres.

MANIFIESTO

El documento valioso de entonces fue denominado como el “Manifiesto de Agravios” y que a continuación lo reflejamos en su integridad”:

“Manifiesto en que se hacen patentes las razones que asisten a los criollos ilustres de estos nuestros reinos del Perú, así españoles como pobres indios y naturales que siendo legítimos señores de la tierra, unos y otros, nos vemos oprimidos de la tiranía, viviendo con sobresalto y tratados y poco menos que (como esclavos), por lo cual, y por ver si se puede salir de tamaño cautiverio, se propone las razones siguientes para forzar los ánimos y que sacudan el yugo de sus serviles, siendo los puntos siguientes:

1.- Sabido es como el Pontífice Alejandro VI, dio permiso a los Reyes de Castilla para que sembrasen la semilla del Santo Evangelio en estos reinos, convirtiendo al (ilegible) de la Santa Madre Iglesia, la infidelidad. Y pasados los españoles a él, se convirtieron por su codicia a la tiranía, degollando a los reyes y naturales de ellos, usurpándoles no solo las vidas, sino todos sus haberes y tierra con cuanto estas fructifican.

2.- No contentos dichos españoles con lo arriba dicho, tienen tan oprimidos a los pobres naturales que, fuera de pagar tan crecidos tributos, anualmente los precisan a que personalmente ocurra a mitar en los minerales de Potosí y Guancavélica, todos los años, como sobre 10 mil indios a cada uno de estos minerales que resulta que estos miserables no gozan de la vida, de sus mujeres, de sus haciendas, ni ganado, porque violentados se ven precisados a dejarlo todo, y muriendo los más en tan rígidos destemples, quedan los pobres hijos huérfanos, las miserables mujeres viudas, sus ganados perdidos, las casas desamparadas y los pueblos destruidos.

3.- A que se agrega que pasando a estas nuestras tierras los guampos sin más que sus cuerpos, nos usurpan de tal modo que nos chupan la sangre, dejándonos tan desustanciados que solo nos queda la boca para quejarnos, siendo entre ellos más honrado el que más roba y más tiranías ejecuta y como el recurso se ve tan lejos y las Audiencias superiores, que debían amparar al desvalido, no solo no lo hacen, sino que antes favorecen la sin razón por sus intereses, gime y llora el pobre sin recurso ni remedio humano.

4.- Y para verificar todo lo dicho, véase cuantos arbitrios se dan cada día, nuevamente para sacar dineros, ya queriendo empadronar a los criollos y mestizos para que paguen tributo, como se vio en Cochabamba, pues, porque los criollos se opusieron a tan injusta pretensión, hubo horcas, muertes y destrucción del pobre, con mofa y escarnio que hicieron y cada día hacen los de España de los criollos, tratándolos con vilipendio y desprecio, como se vio , en el Donativo que se acaba de exigir, el que se quedara entablado, perpetuamente por tributo, si los señores criollos no lo reparan con tiempo, siendo el que se ofrece, el más a propósito que se puede discurrir; siendo sus razones las que se siguen, que el autor pide se lean con algún cuidado por los señores criollos y por nuestros caciques y hermanos, para que se esfuercen a procurar por los medios posibles la amada libertad que así lo esperamos: siendo la primera:

1.- Hallándose en la presente y entre nosotros uno de la Real sangre de nuestros Incas del Gran Cuzco en quinto grado de parentesco y con deseo de restaurar lo propio y volver a establecer esta monarquía. Se suplica a los criollos y a los caciques y a todos los naturales le den la mano para esta tan heroica acción de restaurar lo propio y libertad la patria, purgándola de la tiranía de los guampos que nos consumen y cada día va a más nuestra ruina.

2.- Promete a los criollos españoles emplearlos en las conveniencias del reino, según se mostrasen fieles, y a los caciques, honrarlos como es de razón por los señores de la tierra, adelantándolos en conveniencias, librando a los naturales de Tributos y Mitas para que gocen en quietud lo que Dios les dio y se alcen con lo que tienen recibido de repartimientos de los corregidores, cuyo nombre tirano se procurará de nuestra república.

3.- Se ofrece en la presente para intentar esta empresa, el motivo de hallarse el Rey de España en guerra con el Portugal e Inglaterra por lo que mira a Europa, y en este reino los navíos embarazados en los empleos y la armada de Porto Velo, y por eso sin gente ni armas en Lima, siendo esta ocasión la más a propósito que imaginarse pueda y así, señores criollos y hermanos y queridos Caciques y mis amados naturales, manos a la obra, que de parte tenemos la justicia y el favor de Dios, Nuestro Señor que nos ha de amparar en tan justa demanda, protestando a todos y cada uno de por sí, que nunca es ni será mi intención oponerme a la santísima ley de Nuestro Señor Jesucristo, ni apartarme ni permitir sea parte ninguno del gremio de la Santa Iglesia, antes sí procurar cuanto fuera de mi parte el aumento de ella, no permitiendo se profanen los templos de Dios, ni las casas sagradas, antes sí venerarlas como ellas merecen y los cristianos tenemos de obligación, siendo mi única intención restablecer el gran imperio y monarquía de nuestros Reyes antiguos, reservando para la vista de cada uno de los nuestros, otras muchas razones que no se pueden fiar de la pluma, previniendo a nuestros hermanos que serán todos bien tratados y pagados anticipadamente, que yo quedaré con la gloria de haberlos librado a todos de tanta tiranía; no se firma este papel por excusar riesgos, podrán nuestros criollos darles ascenso y creer a quien lo lleva, que es de los nuestros, Dios los guarde y les dé el esfuerzo que deseo con todos aciertos”.

GRITO LIBERTARIO

Tras ese documento y el intento fallido de la primera rebelión, se dan una serie de hechos aislados a lo largo de esta parte del continente. Sin embargo, no tuvieron mucha trascendencia hasta que 42 años después del Manifiesto de Agravios, se dé podemos decirlo así, el primero grito libertario de América, cuya fecha fue registrada el 10 de Febrero de 1781.

Existe una variedad de versiones sobre lo que ocurrió esa fecha; sin embargo, el historiador Adolfo Mier niega la versión de que la revolución se dio como consecuencia por la resistencia de los indios ante la explotación minera, por parte de los realistas. En el caso de los gritos libertarios de 1809 con Chuquisaca y La Paz, en ningún momento se tenía una idea de independencia, por el contrario la idea era defender los recursos que generaban y estaban en las arcas reales.

Mientras que lo de Oruro fue completamente distinto y nos apoyamos en el análisis del historiador Adolfo Mier, que en su libro “Noticia y proceso de la Villa de San Felipe de Austria la Real de Oruro”.

Sostiene que los pobladores se sublevaron ante la opresión española, cuya huella queda plasmada en la proclama de San Sebastián Pagador: "Amigos paisanos y compañeros: en ninguna ocasión podemos dar mejores pruebas de nuestro amor a la patria, sino en ésta, no estimemos en nada nuestras vidas, sacrifiquémosla gustosos en defensa de la libertad".

La revolución del 10 de febrero, fue un hecho especial, porque los criollos y mestizos siempre se unieron a cualquier levantamiento indígena. En esa época el estado económico de la urbe minera, cuya franca decadencia creó un clima de descontento y hostilidades.

Las minas semi-abandonadas no podían sostener a sus propietarios criollos, los únicos habilitados eran los europeos y éstos no querían prestar a mestizos ni a criollos cantidad alguna, hecho que provocó un mayor odio de clases.

En ocasión de la elección de los alcaldes en vista del alzamiento indígena, los peninsulares excluyen a los americanos, situación que originó el alzamiento del pueblo. El jefe de la revuelta fue Jacinto Rodríguez y la voz de alarma la dio Sebastián Pagador, quien más tarde fue traicionado por los indígenas y murió en sus manos, mientras estos quemaban y saqueaban la ciudad.

Después del 10 de Febrero de 1781, entran en acción Túpac Catari y Túpac Amaru, con los cercos a la ciudad de La Paz, a partir de marzo de 1781, un mes y más del grito libertario del 10 de Febrero de 1781. Revolución a medias por la traición.

CHUQUISACA

La revolución de Chuquisaca fue el levantamiento popular contra el gobernador intendente de esta ciudad, conocida como Sucre, ocurrido el 25 de mayo de 1809. La Real Audiencia de Charcas, con el apoyo del claustro universitario y sectores independentistas, destituyeron al gobernador y formaron una junta de gobierno.

El movimiento, fiel en principio al rey Fernando VII de España, fue justificado por las sospechas de que el gobierno planeaba entregar el país a la infanta Carlota Joaquina de Borbón, pero desde los comienzos sirvió de marco para el accionar de los sectores independentistas que propagaron la rebelión a La Paz, donde se constituiría la Junta Tuitiva. Reprimido violentamente este último y más radical levantamiento, el movimiento de Chuquisaca fue finalmente deshecho.

Fue desde esa época, que varios historiadores calificaron ese hecho como el primer grito libertario, sin embargo, nunca consideraron lo que ocurrió el 10 de Febrero de 1781.

Los posteriores levantamientos que siguieron a partir de 1809, dieron como resultado la independencia de Bolivia, el 6 de Agosto de 1825, cuando se firmó el acta de fundación en la ciudad de Sucre, Oruro fue desplazada de ese honor por el frío que les hacía a los leguleyos de Chuquisaca, ya que el sueño del libertador Antonio José de Sucre, era fundar Bolivia en la ciudad de Oruro, que aportó desde 1739, la lucha contra la liberación del yugo español.

LA PAZ

La rebelión de Túpac Katari que cercó la ciudad a partir de marzo de 1781, a pesar de no obtener éxito y ser aplacada por españoles y criollos peleando juntos en un solo frente, sacó a la luz las profundas contradicciones políticas, sociales y económicas que en ese entonces vivía la sociedad colonial. El líder indígena murió ese mismo año.

Una vez encendida esa mecha, en La Paz empezó a germinar el pensamiento libertario de nuevo, pero esta vez partía de los criollos.

El 25 de mayo de 1809 fue el siguiente paso con la revolución de Chuquisaca. Luego siguió la revuelta de La Paz que ocurrió la tarde del 16 de julio de 1809, aprovechando que toda la atención estaba depositada en la fiesta de la Virgen del Carmen.

Mientras se realizaba la procesión de la patrona castrense, a eso de las 19:00 horas los revolucionarios tomaron el cuartel de Veteranos, donde pidieron Cabildo Abierto y depusieron al gobernador Tadeo Dávila, al obispo Remigio de la Santa y Ortega.

Los realistas no se enteraron de la revuelta hasta el día siguiente, pese a que el intendente interino, Tadeo Dávila, ya sabía con antelación de los planes revolucionarios, pero prefirió ignorar las denuncias hechas por vecinos sobre las sospechosas juntas.

Cuando los insurrectos tomaron el control, organizaron la Junta Tuitiva.

El 22 de julio se le ordenó al mestizo Pedro Domingo Murillo que desempeñe el cargo de Coronel Comandante de la ciudad. Las reuniones lograron crear un gran tumulto que incluyó en sus filas no sólo a criollos, sino a mestizos e indígenas que se unieron como fuerza de choque en la movilización.

LA REVOLUCIÓN DEL 6 DE OCTUBRE

Según la versión tradicional de la historia, la tarde del 6 de octubre de 1810 el cabildo estaba reunido en Oruro y consideraba a las órdenes de Nieto. Al anochecer, de pronto la campana grande de la matriz tocó a rebato en convocatoria a la población. La gente comenzó a reunirse frente al Ayuntamiento, se escuchaban gritos: “Víva la Patria”, en claro pronunciamiento por la Libertad.

Aquella reunión fue organizada por el subdelegado de hacienda y guerra, Tomás Barrón; el regidor mayor y alcalde provincial, Mariano del Castillo, y el alcalde ordinario del primer voto, José Antonio Ramallo.

La sesión del cabildo fue suspendida por unos minutos debido a que en la Plaza se indagaba el porqué del tumulto.

El corregidor Del Castillo informó a los cabildantes que el pueblo se había amotinado, con la consigna de que Oruro pertenecía al Virreinato de Buenos Aires, revelándose así a las disposiciones emitidas por el virrey Abascal del Perú.

La reunión fue levantada mientras los sublevados se empeñaban en el relevo de las autoridades. La única débil reacción vino del ministro contador Sánchez Chávez, quien trató de restablecer el orden a través de los pocos guardias que le obedecían, terminando por encerrarse en el edificio de las Cajas Reales.

Tomás Barrón asumió públicamente la dirección de la revolución, el pueblo se apoderó de la Villa San Felipe de Austria, pero sin derrocar al gobierno español.

Un día después, la situación continuaba con el pueblo más enardecido, esa misma noche el contador Sánchez huyó de la Villa, mientras que los regidores Soriano, Unanue y Contreras Loayza, optaron por ir eludiendo responsabilidades.

El 8 de octubre la Villa no tenía completo su gobierno. El alcalde ordinario en primer voto, José Antonio Ramallo y el regidor alcalde mayor provincial José Mariano del Castillo, convocaron a un cabildo abierto para designar a nuevos corregidores.

Tomás Barrón era gobernador de hecho y el cabildo revolucionario fue constituido por Ramallo, Del Castillo, José Manuel Santander, Francisco Guerra, Toledo Tovar y José Arzabe ante la aprobación del vecindario.

El destino de Oruro estaba sellado bajo los siguientes parámetros: Reconocer obediencia a la Junta Gubernativa de Buenos Aires; reconocer y apoyar a la Revolución de Cochabamba y su gobierno; Preservar el dinero de las Cajas Reales para la causa, y, organizar milicias con voluntarios.

Esos lineamientos consolidaban el levantamiento de Oruro del 6 de Octubre de 1810. Todo ese relato fue extractado del libro “Oruro en su historia” de Ángel Tórrez Sejas.

Consideramos que ese episodio llegó a reafirmar el espíritu libertario que ya se planteó en Oruro, desde 1739 con el Manifiesto de Agravios de Manuel Vélez de Córdova, que impulsó más tarde a otra rebelión similar en Cochabamba.

Medio siglo después a la gesta libertaria del 10 de Febrero de 1781, cuando fueron protagonistas los hermanos Rodríguez, Sebastián Pagador y las huestes campesinas que sembraron la semilla de la libertad y que meses después el campesino Túpac Catari sería protagonista de otra rebelión con el cerco a La Paz y que posteriormente le originó la muerte.

El 6 de Octubre de 1810, fue la Revolución de Oruro y un aporte más a la denominada Guerra de los 15 años, que culminó el 6 de Agosto de 1825, con la firma del Acta de la Independencia de la República de Bolívar.

Pero volviendo al 6 de Octubre de 1810, qué dice el historiador e investigador, Zenobio Calizaya, quien a través de datos recogidos del Archivo Judicial de Oruro establece: “Invocando la ley de Dios es que también se logró la libertad de éstas tierras, hubieron sacerdotes que en las misas, en lugar de celebrar misa lo que estaban haciendo era sublevar a la gente y no propiamente a nombre de la Corona Española. Bajo el nombre de Dios liberarse de quienes los estaba subyugando”.

Calizaya sostuvo que dentro de sus investigaciones encontró la firma de un diputado del Alto Perú, Dionisio Yupanqui en la constitución española de 1812, aceptando que los habitantes de esta región estaban sujetos a los designios españoles.

El mencionado historiador concuerda con lo que expresamos en párrafos anteriores, que las tres fechas importantes en el calendario histórico de Oruro; la insurrección develada, promovida y dirigida por Juan Vélez de Córdova, y su Manifiesto de Agravios de 1739.

La segunda, el levantamiento del 10 de Febrero de 1781; también la revolución del 6 de Octubre de 1810, añadió que estos tres hechos históricos permiten incorporarnos de lleno en todo lo que significó la Guerra de los 15 años, por la independencia de Alto Perú.

Además que la revolución del 6 de Octubre fue la preparación de lo que vendría a hacer la Batalla de Aroma, encabezada entre Tomás Barrón y Esteban Arce, en la que derrotaron al ejército realista.

Como dijimos anteriormente, la importancia de la Revolución del 6 de Octubre, fue para dar un paso importante en la consolidación de la libertad americana, lo que dio como resultado la formación de una nueva República.

Fuente: LA PATRIA
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