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Domingo 03 de octubre de 2010

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Revista Dominical

Dos opiniones de historiadores de conocida probidad sobre la biografía de Gabriel René Moreno de Ramiro Condarco Morales

03 oct 2010

Fuente: LA PATRIA

Por: Raúl Condarco Morales - Médico – Cirujano

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“Son muchos los estudios críticos y biográficos escritos sobre René Moreno” nos dice don Augusto Guzmán, y, Josep M. Barnadas por su parte, nos da a conocer los nombres de los autores de esos estudios, divididos cronológicamente en tres periodos con características propias que los distinguen:

Periodo 1907 – 1933: Impresionismo, con Jaime Mendoza, Abel Alarcón, Alcides Arguedas, Belisario Díaz Romero y Carlos Montenegro.

Periodo 1933 – 1954: Revisionismo, con Roberto Villarroel, Federico Ávila, Gustavo Adolfo Otero, Humberto Vásquez Machicado, Carlos Medinaceli.

Periodo 1954 – 1985: Erudicción, con las monografías de Armando Alba, Jaime Mendoza, Vázquez Machicado (1954) Castañón Barrientos, (1966) Valentín Abecia Baldivieso, Roberto Prudencio (1973) y Siles Guevara (1979), y, la amplia biografía de Ramiro Condarco (1971).

Don Augusto Guzmán, tiene la siguiente opinión respecto a esta biografía en su libro El arte de la Biografía en Bolivia, del que transcribimos dos parágrafos:

“Una vida heroica rescatada del olvido por una pluma veraz y justiciera.

Son muchos los estudios críticos y biográficos escritos sobre la atrayente personalidad de René Moreno, pero sigue siendo la única completa y cabal Grandeza y Soledad de Moreno (1971) como obra de investigación científica y de evaluación literaria. Es libro de quien se ha hecho especialista en un tema escurridizo y silencioso, difícil de sondear profundamente sobre todo en los aspectos privados de una vida avaramente recogida en su intimidad y pródigamente expresada en su obra. Un trabajo tan prolijo y erudito como este de Condarco, no podría reflejarse adecuadamente en un comentario puntual y preciso de sus partes estructurales, por lo que vamos a recurrir modestamente a la reproducción esquemática guiándonos por la calificación de los titulares tan ajustadamente definitorios que de ellos no será difícil deducir los contenidos que nunca dejan de ser explícitos hasta la compresión total…” (1)

Josep M. Barnadas sostiene por su parte en su libro Gabriel René Moreno (1836 – 1908). Drama y Gloria de un Boliviano, lo siguiente:

“Lo mismo que para los demás capítulos de este libro, remitimos aquí al lector a la más extensa biografía que sobre Moreno hasta ahora se ha publicado: la de Ramiro Condarco, titulada Grandeza y Soledad de Moreno. Esbozo bio-bibliográfico del Príncipe de las Letras Bolivianas y aparecida en La Paz en 1971. No por sacar de ella muchos de los datos de que se dará fe en estas páginas, podemos dejar de aconsejar al lector su lectura, seguros de que encontrará allí innumerables detalles y circunstancias que aquí no se han podido reproducir. Valga este pequeño homenaje de agradecimiento por la acuciosa búsqueda realizada por el gran investigador orureño, autor de tantas monografías históricas valiosas”. (2)

El libro Grandeza y Soledad de Moreno en su segunda edición, fue editado por el periódico “El Mundo” y el Banco de la Unión, por fascículos, a partir de enero de 1988 hasta mayo del mismo año. Lleva esa edición, la siguiente nota de agradecimiento:

“El autor de Grandeza y Soledad de Moreno, Ramiro Condarco Morales, agradece al señor doctor don José Luis Roca la gentileza de haber puesto en manos del primero, las 2.710 copias de que consta la colección de cartas dirigidas a Gabriel René-Moreno entre 1856 y 1886, cuyos originales pertenecen a la llamada Colección de Carlos Serrate (CCS), gracias a los cuales ha sido posible al autor la recomposición total de la primera versión de su obra, y la publicación de una segunda edición copiosamente revisada.

Agradece igualmente a “El Mundo” y al Banco de la Unión de Santa Cruz de la Sierra por haber hecho posible la publicación de esta segunda edición de Grandeza y Soledad de Moreno, por fascículos”.

No obstante ser esta edición de mayor envergadura a la anterior “por la recomposición total de la primera versión” con el crecido caudal de nuevas informaciones, espera aún, transcurridos ya 22 años de su publicación, un crítico, versado en el tema.

JERARQUÍA DE LA LITERATURA BOLIVIANA

Sea esta ocasión de homenaje al escritor orureño, para conocer el pensamiento de Ramiro Condarco Morales respecto a la jerarquía de la literatura boliviana.

“Ningún país de América del Sur -nos dice Condarco- quedó al margen de la acción benefactora directa o indirecta de Charcas y por ello, es natural que, como asienta Schmieder, los centros urbanos de la Audiencia de Charcas se hayan convertido en el eje económico, político y cultural de -por lo menos- América del Sur. Y es consiguiente que, aquí, en Charcas, se hayan formado -desde los lejanos tiempos de Juan Polo de Ondegardo, vecino de Cochabamba- los centros intelectuales, artísticos y científicos más importantes de América. De ahí, las insignes figuras charqueñas de la cultura hispano-colonial de Charcas; como Barba, Holguín, Calancha, Salamanca, etc., para no mencionar nada más que las cimas más elevadas. Hacia el siglo XVII, la cultura charqueña raya muy alto tanto como cultura de claustro como cuanto cultura popular. Tan excepcional tradición espiritual no podía perderse de manera definitiva sin dejar huellas profundas en el alma nacional, y de ahí la proceridad de la posterior cultura boliviana de tiempos de la República.

Empero, hijos o legatarios de una cultura madre, los escritores bolivianos de la pasada y presente centurias, tuvieron que permanecer incomprendidos y hasta desconocidos por los hijos de las culturas filiales sin tradición, por lo menos medianamente parangonable con la nuestra, aunque usufructuarios circunstanciales -los últimos- de una renta geohistórica de posición que les permitió comunicarse directamente con el comercio mundial y sobresalir al soplo pasajero de la divulgación editorial y hasta del éxito popular sin hondas raíces que garanticen la perdurabilidad de sus obras.

De ahí, la comprensible fugacidad y fragilidad del prestigio de algunas de las figuras de la literatura hispanoamericana. Varios han sido, pues -y no quiero mencionarlos- los escritores hispanoamericanos que, en sus años de vida, fulguraron al calor del entusiasmo popular efímero y cuyas obras ahora están reducidas literal y metafóricamente a cenizas.

En cambio, cuanta juventud inmarchitable en las páginas de un Moreno, de un Jaimes Freyre, de un Tamayo, de un Reynolds, de un Arguedas, de un Paredes, de un Costa du Rels, de un Francovich, de un Guzmán, de un Céspedes, de un Diez de Medina, de un Moisés Alcázar o de un Luis Fernando Guachalla. Figuras y obras casi desconocidas por el público culto y con mayor razón por el gran público de América Latina, pero: ¡qué grandes y qué dignas de la tradición espiritual que llevan irrenunciablemente consigo!”

Cochabamba, septiembre de 2010

(1) El Arte de la Biografía en Bolivia. Talleres Gráficos de Impresiones Poligraf. Año 1984, pág. 205.

2 Del libro Gabriel René Moreno (1836 – 1908). Drama y Gloria de un Boliviano. Josep M. Barnadas, Ediciones Altiplano. La Paz – Bolivia. Año 1988. Pág. 21.

Fuente: LA PATRIA
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