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Sábado 02 de octubre de 2010

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Revista Tu Espacio

Música de la A a la Z

02 oct 2010

Fuente: LA PATRIA

Por: Xuank Treviño Meneses – exclusivo para Tu espacio

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“Cierra los ojos hasta que la luz del sol se muera en tu cabeza de mil estrellas, a través de la oscuridad que puedes ver una luz, y si te roban tu vida, tu corazón sigue siendo mío. Quiero creer en ti y escuché, tu canción, tu canto, una verdad, no hay otros, quiero creer en ti, en domingo…” es una de las letras de The Smashing Pumpkins, que en definitiva fue uno de los emblemas del movimiento rock de los 90, bienvenidos melómanos a un nuevo retro excurso, ahora aterricemos en la letra “S”.

Primigeniamente la banda se denominaba Smashing Pumpkins, título elegido por Billy antes de la formación de la banda. El significado de este nombre es ambiguo y aunque el sentido con el que se bautizó la banda es el de “calabazas aplastantes”, también puede ser, y más en el inglés estadounidense, “aplastando calabazas”. Sin embargo, la confusión radica en que “smashing”, puede ser un adjetivo o un gerundio. Después que en los primeros conciertos, durante los años grunge, muchos fanáticos llevaban a las tocadas, calabazas para poder aplastarlas, en 1995 la banda agregó el artículo “The”, lo que redujo la ambigüedad de la frase.

The Smashing Pumpkins congregaba en su estructura original liderada por Billy Corgan (guitarra y voz), James Iha (guitarra), D´arcy Wretzky (bajo) y Jimmy Chamberlin (batería). Lamentablemente en 1997 Chamberlin abandonó la banda, siendo reemplazado por una serie de músicos entre los que destaca Kenny Aronoff, en tanto que al culminar la década del 90 Wretzky abandonó el proyecto para luego ser sustituido por Melissa Auf der Maur.

Las influencias de estos norteamericanos tienen la mecánica de una licuadora que encierra caleidoscopio rock gótico, heavy metal, grunge, dream pop, rock psicodélico, electrónica, rock progresivo, todos estos alimentan a su figura principal, Billy Corgan, quien se encarga de orquestar los sonidos de la banda con una fuerza tan catártica como original.

Sin duda alguna, escuchar sus álbumes “Gish” (1991), “Siamese Dream” (1993) y el memorable álbum doble “Mellon Collie and the Infinite Sadness” (1995) remiten al vacío existencial de la entonces llamada ‘Generación X’. Transitando entre la música indie y el rock de estadio, los Pumpkins añaden a su fórmula musical la distorsión y la ternura propia de la niñez: el antídoto perfecto a la confusión social que significó crecer entre el nihilismo musical de Nirvana y el final de la Guerra Fría.

De hecho esta rebeldía, rompió cadenas con su empresa discográfica Virgin Records en referencia al contenido de sus propuestas “Nosotros podemos decidir qué queremos presentar y mantener de una manera más directa la relación con nuestros aficionados”, indicó Corgan quien criticó que las casas discográficas obliguen a los artistas a grabar música pop u orienten totalmente su sonido por criterios comerciales, lo que consideró “indignante”.

Sugerencias al E-mail: karloztrev@hotmail.com

Fuente: LA PATRIA
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