Sábado 02 de octubre de 2010
ver hoy
Una limitación física o sensorial,
no es el final de la vida de una persona.
Si escudriñas a tu alrededor,
encontrarás flores que alegran el ambiente,
aves que cumplen a cabalidad su misión,
después se marchitan o cierran sus ojos.
Entonces un ser humano que piensa,
habla, transmite sentimientos
¿Por qué debería buscar la muerte?
Detente a meditar un minuto,
comprenderás que la vida es frágil,
pero inmenso tesoro.
La familia, la sociedad es preciso
que brinden apoyo
a una persona con discapacidad
infundiéndole fortaleza, voluntad de vivir siempre.
Nunca optar por el fácil camino del encierro
ni permitir que se muera.
Es deber nuestro esforzarnos
en hacer entender a una persona con limitaciones
que vivir es un derecho
y no una obligación.
Exhalar el último suspiro
habiendo cumplido el rol para el que nacimos,
entonces recibiremos otro regalo:
“LA VIDA ETERNA”