Entre la transición de la Prefectura a la Gobernación han quedado muchos puntos sin aclaración, especialmente los que corresponden a las cuentas claras y los saldos específicos, de ahí que actualmente se mencionan más de una cifra con el total del déficit que se acumuló en aquella gestión y que debe pagar la nueva en la Gobernación.
Varios proyectos, por lo menos de momento, están paralizados son obras que se encontraban en fase de ejecución y que por falta de oportunos desembolsos han quedado sin continuidad. Se habla de otros que a la inversa recibieron pagos adelantados y que ni siquiera se iniciaron, otro es el problema de obras observadas por su mala calidad y que tampoco fueron recibidas oficialmente, pero obligaron a fuertes desembolsos de los cuáles no se han rendido cuentas.
Lo grave es que de manera casi oficial se sabe que el Poder Ejecutivo o el Gobierno Central, porque aún seguimos dependiendo del sistema, no podrán cubrir con la celeridad que se necesita ese déficit que entre varios montos se anota como el más próximo a la deuda y que corresponde a 560 millones de bolivianos.
Frente a esa situación se han movido algunos “hilos” para lograr un crédito externo a través de un organismo financiero español que estará en condiciones de prestar a Oruro hasta 80 millones de dólares, que coincidentemente cubren la deuda que dejó la Prefectura.
El problema es cómo se garantiza tal operación, sabiendo que la Gobernación no es “sujeto de crédito” para respaldar una operación crediticia de alto valor, se supone que deberá ser el Gobierno que facilite la operación y se salve el grave problema de insolvencia que tiene la gobernación orureña.
Es razonable la opinión de un asambleísta cuando plantea cuestionantes sobre el uso que se dará al crédito español y la prioridad de la asignación de recursos, podría ser sólo para cubrir las deudas o dividir el monto entre pagar una parte e invertir la otra en proyectos “concurrentes” de orden prioritario ¿es decir aquellos que son parte de la estrategia productiva departamental? He ahí la cuestión y la urgencia de una adecuada decisión.
Los grandes proyectos que tiene Oruro están centrados en el plan vial hacia Pisiga, la instalación del Puerto Seco y el Aeropuerto Internacional, sin descuidar la urgencia de encarar de una vez la verdadera reactivación minera como el proyecto más importante por su rendimiento futuro y la provisión de divisas para el Erario Nacional y la economía regional.
Hay varios otros proyectos que deben ser ejecutados y necesitan igualmente de un financiamiento adecuado pero que puede obtenerse paulatinamente en la medida que los macro proyectos departamentales comiencen a brindarnos utilidades para sostener nuestra administración departamental.
Una vez más hay que incidir en la urgencia de encontrar consenso entre los representantes de la “orureñidad” con las autoridades que nos gobiernan para que conjuntamente se priorice el destino de los recursos departamentales, en función de estrategias claramente definidas y no de simples reacciones emotivas y políticas. Hay que obrar con criterio de responsabilidad profesional para impulsar el crecimiento departamental.
Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.