Dilema de los deportados rumanos: entre el nomadismo y la difícil integración
26 sep 2010
Fuente: Bucarest, 25 (EFE).-
Marcel Gascón
Ioan Iulian y su familia recogen uvas en una viña del pueblo rumano de Liesti, en la región suroriental de Vrancea dos semanas después de llegar al aeropuerto de Bucarest procedentes de Francia, en un vuelo fletado por el Gobierno galo.
La política de deportaciones de Sarkozy sorprendió, seis meses después de haber llegado al país "para trabajar" al equipo de trabajo de Iulian, que lo forman seis personas, de ellos, al menos tres menores de edad.
Trabajan sin descanso desde hace varias horas, en pleno horario escolar en las viñas de un payo local, que a cambio de dinero les permite recoger la fruta que venderán en otros pueblos.
Los Ioan reciben a Efe con desconfianza y cuentan que ya fueron interrogados por las autoridades francesas.
"Ya hablamos allí, los nombres, qué hacíamos, todo", se explica una de las hijas.
Hasta el momento no se han acogido a ningún proyecto de inserción, aunque una ONG local ofrece a las mujeres cursos de formación laboral.
La temporada de la uva les ha dado una oportunidad, pero con la llegada del frío deberán buscarse un nuevo empleo.
Los gitanos suponen un 80 por ciento de la población total de Liesti (unas 6.400 personas) y viven mayoritariamente de la venta ambulante de chatarra y productos del campo.
Los beneficios son pocos y la crisis aprieta, pero la mujer de Iulian no parece lamentar la vuelta a casa. "Ya que todo es difícil, mejor en casa", contesta con cierto sarcasmo.
Estimada en más de dos millones de personas, la población gitana de Rumanía vive estigmatizada por el desempleo y la pobreza extrema.
Según Decadewatch, un programa que evalúa las estrategias de integración social de esta minoría en varios países europeos, más de un 70 por ciento de los gitanos rumanos trabaja al margen de la economía oficial.
Asimismo, la tasa de pobreza extrema entre los romaníes es cinco veces mayor que la media nacional.
En un encuentro con corresponsales extranjeros, el presidente del país, Traian Basescu, identificó esta semana la falta de educación como la principal causa de marginación de la minoría gitana.
Basescu, que en más de una ocasión ha pedido más responsabilidad individual a los gitanos para acabar con el elevado absentismo escolar, vinculó directamente el alto desempleo con la falta de educación escolar.
"Cuando te estableces al margen de una comunidad, trabajas, no robas; llevas a los niños a la escuela, no a mendigar", declaró Basescu en referencia a los "nómadas".
Con todo, las asociaciones de gitanos critican la escasa eficacia de la política de integración, y ven pocas alternativas para la mayoría a la marginación o la emigración.
"Las perspectivas aquí son cero", dice Iulian Stoian, de la Alianza Cívica para los Romaníes.
El presidente de la gubernamental Agencia Nacional para los Romaníes, Ilie Dinca, admite que algunos proyectos han sufrido retrasos y prevé más dificultades debido a la crisis económica que afecta con especial dureza a Rumanía.
"El problema se verá amplificado, pues habrá más personas con menos ingresos y los mismos recursos para políticas sociales. Se perderán empleos y habrá que hacer más con los mismos recursos", explicó Dinca a Efe.
La situación no será fácil para quienes han regresado.
"Algunos repatriados nos contaron que en los campamentos de Francia vivían en condiciones diez veces mejores que en Rumanía", asegura Stoian, que pronostica que la mayoría de deportados volverá a emigrar a otro Estado miembro de la Unión Europea (UE).
Así lo hizo Maricel Stoianescu, de 24 años. Recién expulsado de Francia paró unos días en su casa de Focsani (Vrancea) y volvió a migrar camino de Grecia.
"Aquí no podía encontrar trabajo", dice su hermana, que cuenta que Maricel pasó un mes en una prisión francesa por robar en un supermercado.
Vestidas con lustrosas faldas de colores vivos, familiares y amigas de Maricel hacen una barbacoa y sueñan sin rastro de melancolía en recorrer Europa como el muchacho.
"A mí me gusta la vida y viajar", dice en español, que ha aprendido de las telenovelas sudamericanas una joven sana y sonriente de 18 años, que se presenta como Gabiota Versata, recorre los mercados de Rumanía y quiere conocer España.
Fuente: Bucarest, 25 (EFE).-
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