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Domingo 26 de septiembre de 2010

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Revista Dominical

16 ediciones a color del Periódico del Santuario

Misión fundamental: Comunicar labores y vivencias humanas

26 sep 2010

Fuente: LA PATRIA

Por: Elías Delgado Morales - Periodista Profesional

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Iniciar, editar y sostener un órgano de prensa escrito, en todo tiempo siempre fue una hazaña, aquí y en cualquier parte. Más allá de las buenas intenciones y los objetivos visualizados, se requiere de una buena dosis de perseverancia, superiores ideales de servicio y sobre todo, probidad profesional en periodismo.

Un órgano escrito que ha superado las 20 ediciones, puede avizorar un futuro augural y de sostenibilidad, aunque siempre dependiendo de su financiamiento, que dicho sea de paso, sujeto a los auspicios comerciales, o en otros términos, de la publicidad, pero libre y transparente. No siempre esto último entienden algunos ejecutivos de empresas y del aparato estatal, que ligan la concesión del avisaje al factor político y partidario.

En el curso de los últimos 7 años, nuestro mensuario “El Chiru Chiru” que editan los Siervos de María con iniciativas propias, se ha puesto los “pantalones largos”, como dirían nuestros lectores, merced a la entereza de esta comunidad religiosa, que le presta delicada atención a su pervivencia, como todos sus emprendimientos sociales, asistenciales y culturales, en función de las demandas colectivas.

“El Chiru Chiru” nació entusiastamente en enero del 2003 en modesto formato medio oficial y apenas 4 páginas, en la imprenta Muñoz, circulando solamente entre el mundo feligrés local.

Eran responsables de edición el P. Nico Sartori, Rector del Santuario y el P. Bernardino Zanella, Responsable Pastoral del Socavón y la cooperación de algunos seglares ligados a la comunicación.

En la Nota Editorial de su primer número el P. Nico subrayaba que “comunicarse es fundamental para la vida”, añadiendo que algún tiempo antes “el P. Alfonso Massignani editaba un folleto con noticias del Santuario. Lamentablemente el folleto no tuvo continuidad y consideramos necesario retomarlo. La cosa es comunicar noticias, actividades, vivencias humanas y divinas que brotan y proliferan alrededor del Santuario”.

En la nota central de aquella lejana edición el P. Bernardino escribió una sintética relación de la historia del Santuario, sosteniendo con mucha propiedad: “Parece haber sido inicialmente un simple nicho o una ermita que en época sucesiva, imprecisada, fue transformada en una modesta capilla, con el fin de favorecer la integración de los cultos andinos existentes en el lugar con el culto cristiano”.

Más adelante y refiriéndose a la contemporaneidad, el religioso afirmó: “La capilla fue restaurada en varias oportunidades y ampliada. Durante la segunda mitad del siglo XIX, encontrándose en estado ruinoso, se estudió la construcción de un Santuario definitivo, especialmente en vista a las celebraciones carnavaleras en honor a la Virgen del Socavón, que estaban tomando siempre mayores proporciones. La obra se terminó en 1884, y su ampliación y remodelación se llevó a cabo en los años 1986–2000, por impulso sobre todo del P. Alfonso Massignani de la Orden de los Siervos de María, familia religiosa que desde hace 50 años asumió el cuidado del Santuario”.

“El Chiru Chiru” nació modestamente, pero conjugando inquietudes y necesidades latentes. Desde hace casi 2 años se fortaleció con objetivos visionarios, bajo el alero de ideales irrenunciables y de estricto servicio a la colectividad, con el concurso de sangre nueva y profesional, llegando exitosa y regularmente a su decimosexta edición, a color pleno y en tamaño tabloide. Su distribución es gratuita y un Comité de Redacción decide mensualmente su contenido, sin ejercitar exclusiones, menos influencias subalternas. En suma, todos tienen como tribuna a este mensuario, con la única condición de respetar principios básicos del ejercicio del periodismo que está normado por ley y de elevada consideración a la opinión pública.

Las ocho páginas de “El Chiru Chiru” –a veces 16– en sus diferentes secciones, consigna interesantes trabajos, ya no solamente de la misión evangelizadora o litúrgica, sino de la superior defensa de los intereses de la comunidad, la historia y la cultura de Oruro.

Deseamos continuar en este rumbo abierto, sustentado por el espíritu rector de los Siervos de María, ayudando a construir Oruro y acercar con hermandad y fraternidad a todos los habitantes de nuestro suelo, una vez que ya fuimos gratificados por el favor divino de Dios, nuestra Virgen amada y nuestro querido pueblo.

Fuente: LA PATRIA
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