La polémica creada en torno al proyecto de ley contra el racismo y de discriminación, es vano, y no se conseguirá ninguna modificación; por lo mismo, cualquier intento de lograr un cambio- porque para eso se discute - no tiene sentido. El Presidente del Estado Plurinacional ya instruyó aprobar la referida ley “sin ninguna modificación”. Y como sabemos los deseos del señor Morales son ordenes que se cumplen, si o si; de otra manera, quienes son “sus” asambleístas corren el serio riesgo de ser defenestrados, puestos en la congeladora política o expulsados del partido único, porque ni hablar de los miembros de la oposición que se han convertido en una especie de floreros en la Asamblea Legislativa Plurinacional, y sólo dejan que derramen sus aromas cuando sirven a los propósitos oficialistas, y son funcionales al MAS, como ya sucedió.
El no dejar que los asambleístas discutan las leyes en un ámbito democrático es también una forma de discriminar y menospreciar las capacidades de quienes fueron elegidos por la población para servir al pueblo y no a los propósitos abiertamente hegemónicos del partido de gobierno.
El señor Presidente habla del “negro” Presidente de Estados Unidos que dice que lo discrimina porque es “indio”; el sólo pronunciar esos calificativos, es también practicar una forma de racismo donde ataca por el color de la piel y se ataca por su origen, que en realidad no es indígena, sino criollo. ¿el apellido Morales existió en el incario?
Es también racismo y discriminación, otorgar mayores beneficios sólo a un sector de la ciudadanía en detrimento de otro, desconociendo la existencia a un enorme sector de ciudadanos bolivianos criollos, para beneficiar a sectores sociales que llevan apellidos originarios, es también discriminar y actuar con una alta carga racista.
Y no me canso de expresar que la ley tiene una fuerte carga de una especie de complejo de inferioridad, de revanchismo político. Ataca a quienes usan corbata y han logrado una profesión con sacrificio y mucho estudio. Ahora quien no usa corbata, es identificado con el partido de gobierno y quien no tiene sino básicos estudios de primaria- si es que los tiene –es apto para ocupar cualquier situación en las esferas de gobierno. Basta que sepa levantar la mano o hablar, o no, un idioma nativo, llevar una chaqueta con la wiphala, y tener un apellido originario del occidente del país. Los demás son oligarcas, derechistas, reaccionarios y toda una sarta de calificativos que, en la práctica, discriminan a quienes no piensan como el gobierno, o son críticos al sistema que trata de implantarse en Bolivia.
Pero, en realidad lo que se pretende es que a nombre del racismo se puedan controlar los Medios de comunicación que, por tradición, han sido defensores de la democracia y permanentes cuestionadores de los sistemas totalitarios, militares, civiles, o de cualquier tipo. El totalitarismo, es totalitarismo venga de donde venga.
Por lo menos…esa es mi opinión.
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