Días atrás se recordó sin mucho aspaviento el “Día Internacional de la Paz” instaurado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para reflexionar sobre la importancia, la necesidad, la urgencia de vivir en armonía, respetando las diferencias y los derechos de todos como la única forma de entendernos sin lastimarnos.
Se mencionó en ocasión de fecha tan interesante que el Día Internacional de La Paz no es solamente la ausencia de guerra, sino más bien consiste en una forma de convivir fundamentalmente respetando derechos, evitando toda forma de discriminación, pero al mismo tiempo eliminando las confrontaciones que se originan en discrepancias surgidas en las pasiones políticas.
La representante de la ONU en nuestro país, a propósito de del Día de La Paz, emitió un mensaje para el país anhelando que entre bolivianos encontremos una paz perdurable y que sea base de una verdadera convivencia pacífica en busca de consolidar una vida de dignidad general.
Se mencionó también la necesidad de establecer condiciones propicias para practicar un tratamiento entre personas, con mayor respeto entre unos y otros y además admitiendo las diferencias de cada persona como parte de una vida que promueve ideas y acciones que a su vez merecen respeto constante por tratarse de una condición que no se altere por circunstanciales diferencias.
Se trata de establecer –en paz– las condiciones más propicias para alcanzar una vida decente lo que significa gozando de adelantos que en el momento actual se traducen en atención a las necesidades de la población, tales como los servicio básicos en un barrio o una comunidad, tales como salud y educación, pero sobre todo condiciones favorables para la creación y el sostenimiento de fuentes de empleo única forma de combatir la extrema pobreza que todavía campea en grandes sectores sociales de la Nación.
En el Día Internacional de La Paz en lo que atañe específicamente a nuestro país se mencionaron estadísticas preocupantes, por ejemplo señalar que seis de cada diez personas viven en pobreza moderada, pero más de tres de cada diez viven en extrema pobreza es decir con serias limitaciones para cubrir las más premiosas necesidades de supervivencia.
Al existir tales factores adversos se generan reacciones lógicas que a su vez son la causa de enfrentamientos entre bolivianos, en una muestra típica del tiempo presente de mostrar por encima de una realidad concreta que vive el país la otra figura de discriminación que altera la paz y la armonía.
Las recomendaciones más precisas, más próximas a la realidad nacional, están en las condiciones adversas y evidentes que son parte de las carencias y necesidades existentes en una gran parte de la población, una mayoría que sigue insatisfecha al no recibir los beneficios concretos del proceso de cambio que se anunció y que sigue siendo sólo parte de un slogan partidario.
Lo primordial para vivir en paz es equilibrar las condiciones de vida en toda la comunidad, con una práctica abierta de respeto y solidaridad entre bolivianos de tal suerte que cada quien goce de su identidad propia, étnica, moral y cultural, sin ninguna discriminación pero tampoco bajo presión.
Rescatamos la exhortación de la delegada de la ONU en Bolivia cuando al referirse al Día de La Paz puntualizó que “la paz debe basarse en la solidaridad intelectual y moral de la humanidad”, agregando algo que se considera muy valioso al referirse a la necesidad de “respetar la libertad de expresión…pues el tener diferencias de opiniones no tiene que significar que seamos enemigos”.
Fuente: LA PATRIA
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