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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 Cuba, qué tardíos los pesares del dictador - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
Debieron pasar más de cincuenta años de la revolución cubana; transcurrir el comandante Fidel Castro por cuatro años de dolorosas enfermedades; haber traspasado el pode total de la isla a su hermano y, como de un sueño, despertar para anunciar que el modelo económico cubano “no le sirvió ni a Cuba”. ¡Qué gran verdad! Y qué oportuno reconocimiento cuando hay todavía algunos países que sueñan con el “paraíso cubano” aunque tienen conciencia de que de tal no tiene nada y, al contrario, quedan los resabios de la dictadura castrista.
¿Cuándo y a quién sirvió la economía socialista del comunismo? ¿Qué beneficios han sacado la Unión Soviética, China, Corea del Norte, Cuba y otros países de la órbita moscovita con la economía comunista? La verdad absoluta -y reconocida por los propios admiradores del comunismo o marxismo-leninismo- es que millones de personas de muchas generaciones han sobrevivido engañadas y forzadas a creer en la economía de Estado, en la que maneja el poder supremo del comunismo en nombre del proletariado (sin que, por supuesto, ese proletariado nada tenga que ver en la conducción de la URSS y otros países).
Cuba, desde que Fidel Castro se enfermó y, en medio de sus dolencias delegó los poderes en su hermano y grupo de “compañeros” de su partido, se dio cuenta de que todo cambiaría; así fue y hoy se ve otro país, otras perspectivas porque hay intenciones diferentes en quienes manejan sus políticas sociales y económicas. El comandante Castro tiene que haber sido informado de la realidad de su país, del desastre que él ocasionó y del que siempre culpó al “bloqueo norteamericano” -cuando en realidad, se trató de un embargo comercial; nunca de un bloqueo que tiene otras acepciones y connotaciones de las que se le dio-.
El pueblo cubano ha padecido lo indecible por las políticas castristas; pero, para la propaganda, “fue el país feliz, sabedor de sus realidades y contrario al imperio”. Para la propaganda populista, bien; pero, la verdad es que -como le ocurriría a cualquier otro país- se convenció a los habitantes sobre un bloqueo, una intervención, una especie de invasión en los asuntos internos de Cuba. Como no hay -no hubo en más de cincuenta años- libertad de expresión, ese pueblo creyó en la propaganda y, lógicamente, se estrelló contra “el imperio” y dio crédito a las palabras del dictador y tirano que lo sometió a sangre y fuego y aceptó todo del imperio soviético.
Cuba, como todo el mundo, sabe hoy cuáles son las realidades imperantes en ese país; ahora recién puede saber que el mundo entero sufrió por lo que sufría el pueblo cubano, por las cárceles con miles de disidentes contrarios o no al régimen, con muertos en el paredón, con miles de exiliados, con millones amenazados. Narrar las peripecias de los habitantes de Cuba, daría lugar a centenares de libros; pero, según la propaganda, “Cuba fue lo más feliz con el castrismo, porque la democracia cubana fue lo mejor y el paraíso cubano nadie lo había vivido”.
Hoy el mundo sabe de realidades del comunismo, de las diversas formas de socialismo irreflexivo y extremo que se impone, en nombre del comunismo, aún en varios países. Lo que falta es que muchos aún tengan que experimentar y sufrir en carne propia las “ventajas y maravillas” de quienes creen ser dueños y señores de vidas y haciendas como ocurrió en Cuba. Feliz la comunidad internacional que hoy se convence, por boca del propio dictador, que “la economía cubana fue un desastre”, como negativo y desastroso fue y es el comunismo.
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