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Sábado 18 de septiembre de 2010

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Revista Tu Espacio

Sexo

Cómo afrontar esos deseos sexuales difíciles de complacer

18 sep 2010

Fuente: LA PATRIA

Por: Verónica Kenigstein – enplenitud.com

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Las consultas relacionadas con deseos sexuales son muy habituales, uno pide algo que el otro no está dispuesto a explorar porque no le resulta interesante, le da miedo o no desea llevar a cabo: una conducta, juego, o fantasía, esto puede ser motivo de conflictos.

No se debe hacer nada que uno no esté seguro/a de querer hacer, aunque quizás nos estemos cerrando a nuevas experiencias y placeres por miedo.

Es interesante probar cosas nuevas con la pareja, siempre y cuando esas novedades se produzcan en un marco de contención y cuidado, evitando la brusquedad o la fuerza, para prevenir daños o dolor, físico o emocional.

Es un tema de comunicación en la pareja: ponerse de acuerdo en aquellas cosas que ambos estén dispuestos a probar y pedir al otro lo que necesitan para sentirse seguros y satisfechos, cualquier cosa que hagan debe ser de mutuo consentimiento.

Las propias necesidades

Nuestras necesidades se originan en aprendizajes que hicimos en diferentes momentos de la vida y cada integrante de la pareja trae consigo una historia, experiencias que hacen que sea quien es hoy.

La sexualidad es el espacio en el cual se manifiesta, con más crudeza y verdad, quiénes somos. En la cama, actuamos como lo hacemos en la vida cotidiana, pero se nota más.

Podemos coincidir con quien nos resulte compatible, o por el contrario, nos encontrarnos con alguien con necesidades y deseos muy distintos a los propios.

Ambos miembros de la pareja deben querer algo en común para que ésta funcione, una relación estimulada y arrastrada sólo por uno de los dos está prácticamente destinada al fracaso, o al menos, a una gran frustración.

A menos que la otra persona quiera algo en una relación, es muy poco probable que puedas hacer algo para cambiar esto, pero es posible comunicarse para comprender qué hay debajo de los sentimientos de ambos. Sólo con las propias ganas (sin las del otro) es difícil un vínculo satisfactorio para ambos.

Diferencia entre lo que es y lo que me gustaría que fuera.

El sufrimiento se produce por la diferencia entre lo que esperamos y lo que ocurre en la realidad. El amor, entre otras cosas, se trata de aceptar sin forzar, de expresar necesidades (desde la verdad más profunda) y escuchar con atención, sin juicios ni prejuicios, lo que el otro trae.

La intimidad puede realmente producirse cuando ambas personas pueden expresarse con confianza y libertad, sabiendo que el otro no hará nada dañino con esa información.

En las relaciones de pareja, muchas veces estamos enamorados o amamos -o creemos amar- no a la persona con quien estamos, sino la imagen de quien creemos que tenemos enfrente, que no es la imagen perfecta del amante que yo quiero.

Fuente: LA PATRIA
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