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Censurar a la prensa es lo mismo que silenciar la voz del pueblo
16 sep 2010
Fuente: LA PATRIA
No hay parámetro intermedio entre pretender censurar a la prensa y por ese medio vulnerar el derecho más importante del pueblo a expresarse libremente y hacerlo por supuesto a través del único conducto válido que son los medios de comunicación.
A quienes están empeñados en restringir la labor periodística bajo una forma instrumentada en la mente de los enemigos de las libertades y utilizando como pretexto una Ley contra el racismo, hay que recordarles que el artículo XIX de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas señala contundentemente que: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; ese derecho incluye el no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.
La propia Constitución vigente, reconoce el respeto a la libertad de expresión y no es posible que, con algunos argumentos fuera de contexto, el Organo Legislativo Plurinacional, expresión de la democracia, se preste a emitir ciertas normativas que riñen con los fines de la libertad y los derechos de la gente de acuerdo a la apreciación de dirigentes de las organizaciones periodísticas del país y de las instituciones que velan por la vigencia de la democracia y defienden los derechos humanos.
A propósito hay que remarcar también que: La Declaración de Principios sobre la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sostiene que: “La libertad de Expresión, en todas sus formas y manifestaciones es un derecho fundamental e inalienable, inherente a todas las personas”. Se entiende que pretender alterar estos preceptos es simplemente afectar de forma muy seria la democracia vigente, tan sacrificadamente rescatada para devolver todos sus derechos al pueblo en su conjunto.
Algo debe quedar muy claro y es que ni los periodistas ni los medios se oponen a la vigencia de una Ley que combata el racismo, pero resulta incongruente la medida si esa normativa comienza por dividir a la ciudadanía, enfrentando a unos y otros, bajo un erróneo argumento discriminatorio de la prensa. Nada más falso, pues los hechos son más contundentes que cualquier elucubración ideológica verdaderamente racista. La prensa a través de los medios siempre ha defendido y lo seguirá haciendo los derechos de todas las personas, la igualdad entre bolivianos, la vigencia de sus derechos y la defensa de la democracia, lo que significa defender la libertad y la justicia.
Bajo estos argumentos que no son producto de ninguna teoría doctrinaria, no hay dónde perderse – como afirman los mismos políticos – lo verdadero, lo evidente, lo que se ve y lo que se siente es que la prensa libre, la que en verdad está del lado de las mayorías y no bajo el influjo de grupos de poder, ha defendido la democracia, con valor y con la verdad por delante seguirá en el mismo camino porque el Estado le confiere ese derecho que además lo respaldan los mayores organismos internacionales que defienden los Derechos Humanos y que justamente confían en la prensa mundial como vigía del cumplimiento de la histórica declaración universal que garantiza – en los Estados democráticos – el respeto a la máxima expresión democrática que es la libertad de opinión y consecuentemente la libertad de prensa.
Fuente: LA PATRIA
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