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Domingo 15 de agosto de 2010

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Cultural El Duende

El mundo de Gógol en las Artes Plásticas

15 ago 2010

Fuente: LA PATRIA

Nikolai Gógol. Escritor ruso. Nació el1 de abril de 1809 en el pueblo Bolshí Soróchintsi (distrito de Mirgorod de la provincia de Poltava), y murió a las 8 de la mañana del 4 de marzo de 1852. Fue enterrado el 7 en el cementerio del Monasterio de San Daniil de Moscú.

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Por desgracia, no se han conservado dibujos antiguos de los parajes de Poltava (Ucrania) –Soróchintsi, Vasílievka-Yanóvschina, donde transcurrió la infancia del futuro escritor y donde vivieron largos años su madre y sus hermanas. Sólo en los años 80 del siglo XIX el pintor poltaviano Vasili Vólkov hizo unos bocetos de esos lugares: el dique de Yanóvschina, una calle, un estanque y la iglesia construida por el padre de Gógol. En 1902, para el cincuentenario de la muerte de Gógol, el pintor Piotr Sheremétiev reprodujo el antiguo parque de Dikanka como era en los tiempos de Gógol.

El colorido nacional de la patria del escritor –Ucrania– impregna literalmente cada palabra de Veladas en un caserío cercano a Dikanka. Este mismo colorido vemos en las pintorescas ilustraciones para uno de los cuentos de Veladas-La feria de Soróchintsi– que realizara Konstantín Trutovski, a propósito, también oriundo de Ucrania, en los años 70 del siglo XIX.

Desde la “lejanía” provincial, al joven romántico recién llegado a la capital, San Petersburgo le pareció al principio tan magnífico y luminoso como lo representaran en 1830 el pintor Vasili Sadóvnikov y el grabador y litógrafo Iván Ivanov, creadores del Panorama de la avenida Nevski, muy conocido y apreciado por los contemporáneos. Justamente por esa avenida se pasearon los personajes de las novelas de Gógol.

La litografía de Rudolf Zhukovski A la salida del Teatro Alexandrinski después de la función de “El inspector” está dedicada a la primera puesta en escena de esta pieza.

En Italia, Gógol trabó amistad con los pintores rusos Alexandr Ivanov, Fiódor Iordán y Fiódor Moller. De 1840 datan dos retratos de Gógol pintados por Ivanov y Moller. A este último el propio escritor le encargó su retrato para regalárselo a su madre. Poco después Fiódor Iordán hizo un grabado de este retrato, y Gógol, muy exigente en cuanto a los retratos en general y a su apariencia en particular, lo calificó como su imagen mejor lograda. Es indudable que mientras posaba para su joven amigo, discutió con él qué traje debía vestir y qué pose adoptar. El escritor mismo decía: “Es muy difícil pintar mi retrato: mi cara cambia casi todos los días y, a veces, en un mismo día adopta varias expresiones distintas”. Los numerosos bosquejos, dibujos a lápiz, retratos mundanos y no mundanos de Gógol debidos a Alexandr Ivanov, Tarás Shevchenko, Fiódor Iordán y otros pintores, confirman de la mejor forma estas palabras. A Moller se le deben varios retratos, de los cuales el reproducido en la portada de nuestra revista es el que más se aproxima al modelo. El pintor halló una solución cromática acertada que recalca su mentalidad sarcástica y su propensión a la ironía. Un cierto velo romántico envuelve la imagen, obligando al que observa a seguir el caprichoso juego de “varias expresiones distintas” en el rostro del treintañero escritor.

Alexéi Venetsiánov y Vasili Tropinin (por suposición) pintaron en diferentes épocas retratos y distintos episodios de la vida de Gógol. Existe un dibujo de Alexandr Pushkin que representa a Gógol en un plano anecdótico-humorístico.

Ya en San Petersburgo, Gógol asistió a los cursos de dibujo de la Academia de Bellas Artes, porque, como muchos poetas y escritores rusos, tenía grandes aptitudes para la pintura. En Italia asimiló ávidamente la inmensa cultura artística de ese país y también dibujó bastante. “Zhukovski y yo dibujábamos al vuelo vistas de Roma”, escribió en una carta.

Poco después, al publicarse el poema Almas muertas, aparecieron las primeras ilustraciones del pintor Alexandr Aguin, que había decidido crear una serie de “tipos gogolianos”. El escritor conocía bien al pintor e incluso realizó varios retratos suyos a lápiz, que se conservan hasta hoy. Las ilustraciones de Aguin, grabadas en madera por Evstafi Bernadski, comenzaron a aparecer semanalmente en pequeñas series –de cuatro dibujos– desde fines de 1846. La edición llevaba el nombre de Cien dibujos de la obra de Gógol “Almas muertas”, pero en vida del escritor se publicaron sólo 72. A fines del siglo XIX se reeditaron con los dibujos que antes faltaban. La primera edición de las ilustraciones de Alexandr Aguin, que gozó de enorme popularidad, ya a mediados del siglo XIX se consideraba una rareza.

Más tarde, otros dos pintores rusos, Piotr Boklevski y Piotr Sokolov, ilustraron Almas Muertas, pero sus trabajos aparecieron ya después de la muerte de Gógol.

Elena Malinovskaya. Escritora rusa.

Fuente: LA PATRIA
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