México y EE.UU: Miedo migratorio, extorsión y corrupción
13 sep 2010
Por: Gildardo Hugo Orozco Montoya
Hoy en día la migración internacional se caracteriza por un notable incremento y variados efectos demográficos. La Comisión Económica para América Latina (Cepal) establece que “se estima una cifra cercana a los 25 millones de migrantes latinoamericanos y caribeños en el 2005, una población superior al 13% de los migrantes internacionales”. Simultáneamente, se observa una ampliación y diversificación en los países de destino, donde en los años 90’s y los primeros cinco años del presente siglo han aumentado las corrientes migratorias hacia Europa. La importancia del estudio de los flujos migratorios radica en que en la actualidad millones de personas alrededor del mundo dejan su hogar en busca de un mejor nivel de vida.
En nuestros tiempos, es preciso estudiar el fenómeno migratorio a razón de ser una variable común en todos los países latinoamericanos. Éste responde no sólo a la mala distribución económica y la falta de equidad en los países de origen, sino a las políticas internas que estos implementan para evitar dicha movilización. En su mayoría, éstas se tornan ineficientes y con sólo grado corto y transitorio de relevancia dentro de la agenda política. Mientras tanto, los migrantes continúan siendo víctimas de explotación y discriminación.
Los 72 cadáveres hallados en un rancho de Tamaulipas, desatan nuevamente las polémicas. Los ciudadanos se manifiestan vociferantemente por la muerte de estos migrantes centro y sudamericanos que intentaban ingresar a los Estados Unidos. Los ataques sufridos por los mismos, victimarios de un grupo armado, pretendían ser, a su vez, extorsionados. Los cuerpos fueron hallados en la superficie del rancho y no estaban siquiera enterrados en una fosa. Este hecho apunta la creciente necesidad de no sólo retomar los temas migratorios entre las partes, sino plantearlos como prioridad en las discusiones multilaterales que se llevan a cabo periódicamente en foros abiertos para los países latinoamericanos.
En primera instancia, es importante identificar el paradigma del fenómeno migratorio. Éste se plantea a partir del estudio de las razones económicas que golpean a los países; tales como la existencia de un alto índice de paro, la búsqueda de un mejor salario y nivel de vida. Del mismo modo, los ciudadanos sudamericanos utilizan a México como país pivote, pues buscan establecerse temporalmente mientras encuentran la manera de trasladarse a los Estados Unidos. Por esta razón, el objetivo principal de este documento, es estudiar la problemática migratoria bilateral México-EE.UU.
Tanto los países de origen como de destino, tienen una gran responsabilidad en el control de la emigración, y al respecto, Alfonso López Araujo (2009), argumenta que “los países de destino deben considerar la posibilidad de utilizar ciertas formas de migración temporal, mientras que los países de origen deben colaborar en la promoción de regreso voluntario” . Braulio Ramírez y Raúl García establecen que “el estado receptor debe garantizar al migrante, hasta donde su propio interés lo permita, aquellos derechos humanos fundamentales que le posibiliten el libre desarrollo de sus actividades, su bienestar y su progreso particular” .Es indispensable entonces, resolver el problema migratorio actual por medio de ayuda recíproca, entre el país de origen y el país destino, ya que sólo por medio de un control migratorio interrelacionado y el desarrollo de políticas migratorias, donde compartan información, se podrá supervisar de manera más eficiente dicha problemática.
La intensificación de control en las fronteras centroamericanas como la mayor vigilancia en las fronteras mexicanas-estadounidenses hicieron que la migración clandestina hacia los Estados Unidos se volviera más cara y peligrosa que aquella hacia España. Estos migrantes intentaban ingresar a los Estados Unidos, en botes, usando Guatemala y México como puntos de conexión.
Para fines prácticos, existen dos componentes esenciales que deben ser tomados en cuenta: en primer lugar, la migración es una responsabilidad compartida que envuelve a varios actores sociales y para mejorar el respeto a los derechos de los migrantes es necesario reconocer cuáles son los hechos y vacíos con respecto a la migración, ya que estos vacíos en derecho internacional afectan hondamente la vida de millones de personas.
En segunda instancia, existen grandes movimientos en contra de la migración por parte de los países destino, que en muchos casos pueden ser violentos. Los motivos de estos tendencias antiinmigrantes, yacen en el hecho de que muchos ciudadanos ven a las personas migrantes como amenazas o competidores en el mercado de trabajo, trasportadores de cultura ajenas y extranjeros que deben ser controlados. El odio hacia los inmigrantes debe reducirse y dejar de verlos como una amenaza, ya que antes de ser migrantes, son personas que merecen un trato justo hacia sus derechos humanos, los cuales son inalienables.
Referencias:
1 Ibíd. Pág. 42.
2 Ramírez, Braulio y al García Raúl (1992). Migración Internacional: en las fronteras norte y sur de México. Cáp. Migración y Derechos Humanos. México, Editado por el Consejo Nacional de Población. Pág. 371.
3 La migración no es sólo la movilidad de más de 200 millones de personas, sino la movilidad de sociedades y eso involucra a muchos actores.
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