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Domingo 12 de septiembre de 2010

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Revista Dominical

Eliminación del trabajo infantil, un objetivo a nuestro alcance

12 sep 2010

Fuente: LA PATRIA

Por: Gabriela Ortega Pardo - Periodista

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EXPLOTACIÓN DE LA POBREZA

Una de las formas de bajar los gastos en un proceso productivo, es abaratar los costes de la mano de obra. En muchas partes del mundo, en especial en los países como el nuestro, las empresas se benefician de las altas tasas de paros y la abundante mano de obra para mantener los salarios bajos.

En esta situación el trabajo infantil interesa a los patronos porque a los niños se les paga menos y son más manejables y vulnerables a todo tipo de abusos o amenazas. Pero al contratar niños, también se deja a muchos adultos sin trabajo, lo que perpetúa las condiciones de precariedad de las familias y provoca la necesidad de que más niños trabajen, es como un círculo vicioso.

Los niños trabajadores llegan a la edad adulta insuficientemente desarrollados física, intelectual y afectivamente; por lo que tendrán dificultades añadidas en su vida de adultos. Al no haber asistido a la escuela, tienen baja cualificación laboral y por lo tanto menor posibilidad de acceso a trabajos bien remunerados. Estos niños además, verán como algo normal que sus propios hijos trabajen en el futuro. De esta manera se perpetúa el círculo de la pobreza, generación tras generación. Las consecuencias de la pobreza no tienen porqué repetirse inexorablemente como leyes naturales, a menudo pueden ser evitadas o al menos atenuadas.

El hecho de que existan personas o empresas que se aprovechan de la situación de precariedad de otros para enriquecerse provoca que millones de personas en el mundo vivan en esta situación de empobrecimiento, pero además, son mantenidos en un círculo del que les es imposible salir y al que están destinados sus hijos. La situación de miseria de muchas familias en los países como el nuestro hace que sean muchos los niños que deben trabajar, ayudando a sus familias y este trabajo no tiene por qué ser perjudicial. Hablamos de explotación de la infancia cuando se dan ciertas formas de trabajo infantil que, por su naturaleza, resultan especialmente peligrosas, generando además toda una serie de daños físicos y psicológicos que impiden el correcto desarrollo del menor y que lo marcarán, a menudo, para el resto de su vida.

Algunos tipos de trabajo en condiciones de explotación especialmente peligrosos son:

TRABAJO EN LA CALLE

De acuerdo al último informe del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Bolivia-2010, se tiene que 1.900.000 niños viven en la pobreza extrema, 32.000 niños viven en hogares de asistencia social gubernamentales, el 27% de los niños pobres en Bolivia se encuentran en los cuadros preocupantes de desnutrición infantil. Los trabajos realizados por niños en la calle son: voceadores, ayudantes de taller, venta ambulante, limpieza de zapatos o de coches, espectáculos callejeros, guías turísticos ocasionales, recogida de basura, repartidores de mercancías, mendicidad, etc. que significan trabajo en condiciones de especial peligrosidad física. Son muchos los niños que se ven obligados a esta forma de trabajo para aportar ingresos a sus familias, pero éstas son también formas típicas de supervivencia de los niños de la calle.

Supone para los niños la exposición al medio urbano, lleno de peligros, como las pandillas locales, a las cuales deben pagar un porcentaje de sus ganancias, robos y agresiones de todo tipo. Pero el principal peligro para ellos son los grupos armados de pandilleros, que pretenden eliminar a muchos de estos niños de la calle.

Cada año en el mundo, mueren miles de niños, niñas y jóvenes (NAs) por accidentes laborales, por agresiones de las pandillas callejeras y otros muchos quedan incapacitados para el resto de su vida.

TRABAJO INFANTIL EN LA CIUDAD DE ORURO

Del total de la muestra -50 niños, niñas y adolescentes trabajadores de la calle (NATs)- el 61% corresponden al sexo masculino, y mientras que el otro 39% corresponde al sexo femenino.

Considerando la edad de los NATs de la calle que se encuentran comprendidos en una muestra entre los 6 y 17 años, se observa que el 26% de ellos se encuentran entre los 12 y 14 años, sin embargo el otro 10% de los NAs se encuentran entre los 6 y 11años.

La migración de las provincias a la ciudad, de los padres de los NATs de la calle se fue incrementando después de la década de los 80s, a raíz de la denominada “relocalización” de los distritos mineros aledaños a nuestra ciudad y de otras fuentes de trabajo. Del total de los NATs el 64% de ellos son de la ciudad y el otro restante de 36% proviene de provincias.

Debido a la pobreza y a la falta de empleos para los padres son pocos los NATs que alcanzan el grado de instrucción secundaria, en este caso se tiene un 28% de los mismos; y solamente el 58% culminan los estudios primarios, con relación a un 14% que no obtienen ningún tipo de instrucción.

La baja calidad de vida (servicios básicos, alimentación, educación, salud y vivienda) de los NAs traen consigo varias consecuencias como ser enfermedades que lamentablemente no son atendidas ya que el 60% no cuentan con atención médica requerida, mientras que un 40% asiste con relativa frecuencia a un centro de salud para recibir atención a dolencias muy superficiales.

Un 52% de NATs se dedican a la venta de productos, el 22% se dedican a otras actividades, un 16% se dedican al empleo de lustrabotas y un 10% al lavado de autos.

Es lamentable ver que un 48% de NAs comienzan a trabajar a la temprana edad de los 8 a los 10 años, seguidos del 12% que corresponden a edades de 10 y 12 años.

A pesar del gran esfuerzo y sacrificio que realizan los NATs los salarios no son justos, viendo que los ingresos son mínimos en forma mensual, el 26% de su trabajo corresponde a 50 Bs. mes, o sea que los ingresos en el mejor de los casos oscila entre los 5 bolivianos por día; estos ingresos no son suficientes para costear su alimentación y educación.

El tiempo libre con el que cuentan los NAs lo dedican en diversas actividades, el 32% se dedican al estudio para que en un futuro tengan mejores condiciones de vida.

La desintegración familiar se refleja por él número de NATs que viven con sus padres, el 17% de los mismos sólo viven con uno de los padres, mientras que el 7% no viven con ninguno de ellos.

El 38% de las familias de los NAs son de numerosos componentes es así cuentan entre 5 y 7 miembros, entonces; la mayoría de los miembros de una familia tienden a trabajar por diversos motivos, por esto se deduce que el 28% de los miembros trabajan, los padres de los niños realizan diversas actividades, 35% se dedican al comercio informal, mientras que el 29% se dedican a la construcción de viviendas. En ambos casos los niños sirven de “ayudantes” tanto a sus madres como a los padres de familia estableciéndose, como anotamos anteriormente un círculo de interdependencia en el trabajo infantil.

El desempleo de los padres, se ve acompañado con la pobreza y está reflejada con la calidad de vida, el 70% no cuenta con servicios básicos y el 46% viven en casas alquiladas de los cuales el 75% comparten con otras familias.

De esta forma, se puede caracterizar a los NATs de la calle en las siguientes dimensiones:

OCUPACIÓN DE LOS NIÑOS TRABAJADORES DE LA CIUDAD DE ORURO

Trabajo actual Niños-niñas y adolescentes %

Lustrabotas 16%

Venta de productos 52%

Lavado de autos 10%

Otros 22%

FUENTE: Ministerio de Trabajo

La lucha contra el trabajo infantil en todo el mundo sigue constituyendo un enorme desafío, pero podría estarse produciendo un avance significativo. Estamos comenzando a ver una alentadora disminución de la incidencia del trabajo infantil, especialmente en sus peores formas, en muchas partes de nuestro país. Sabemos hoy que, con voluntad política, los recursos necesarios y políticas adecuadas, podemos poner fin definitivamente a esta lacra que asola la vida de tantas familias.

Hace cuatro años, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) elaboró una serie de estadísticas que permitieron evaluar de manera fiable la amplitud del problema. En los últimos cuatro años, el número de niños que trabajan disminuyó globalmente en un 11 por ciento. Es particularmente importante el hecho de que la disminución es más pronunciada en lo que atañe a los trabajos peligrosos realizados por niños: cuanto más peligroso es el trabajo y más vulnerables los niños que lo realizan, más rápida es la disminución.

El número de niños que realizan trabajos peligrosos disminuyó, en general, en un 26 por ciento, y en el grupo de edad comprendido entre los 5 y los 14 años en un 33 por ciento.

¿Cómo ha ocurrido esto?

A finales del decenio de 1980, sin ir más lejos, la reacción de todo el mundo ante el trabajo infantil oscilaba entre la indiferencia, la resignación o la negación.

Mientras tanto, las investigaciones de la OIT arrojaban luz sobre diferentes dimensiones del problema y generaban así una mayor conciencia al respecto a nivel mundial. En esos años, la OIT promovió un clima favorable con respecto a la necesidad de una acción concertada contra el trabajo infantil.

El trabajo infantil prohibido en el derecho internacional queda comprendido en tres categorías, a saber:

● Las formas incuestionablemente peores de trabajo infantil, que internacionalmente se definen como esclavitud, trata de personas, servidumbre por deudas y otras formas de trabajo forzoso, reclutamiento forzoso de niños para utilizarlos en conflictos armados, prostitución y pornografía, y actividades ilícitas.

● Un trabajo realizado por un niño que no alcanza la edad mínima especificada para el tipo de trabajo de que se trate (según determine la legislación nacional, de acuerdo con normas internacionalmente aceptadas), y que, por consiguiente, impida probablemente la educación y el pleno desarrollo del niño.

● Un trabajo que ponga en peligro el bienestar físico, mental o moral del niño, ya sea por su propia naturaleza o por las condiciones en que se realiza, y que se denomina «trabajo peligroso».

En virtud de la Declaración, la abolición efectiva del trabajo infantil se convirtió en un objetivo compartido de la comunidad internacional. También es un objetivo de toda la Organización

HACIA UN PLAN DE ACCIÓN NACIONAL Y MUNDIAL

En el plan de acción se propone que la OIT y sus Estados Miembros, es que sigan procurando lograr el objetivo de la eliminación efectiva del trabajo infantil comprometiéndose a eliminar todas las peores formas de trabajo infantil para el 2016. A tales efectos y de conformidad con el Convenio núm. 182, todos los Estados Miembros deberían concebir y poner en práctica medidas apropiadas de duración determinada para finales de 2008.

Si nos basamos en las tendencias respecto del trabajo infantil que se ponen de relieve en los informes periódicos del Unicef, se llega a la conclusión de que es posible alcanzar la meta de la eliminación de las peores formas de trabajo infantil para 2016. Por otra parte, esta meta sería concomitante y contribuiría tanto a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) como a la abolición efectiva de todas las formas de trabajo infantil, que es la meta fundamental de la OIT.

El plan de acción previsto apunta a definir el papel de la Oficina por lo que respecta a asistir a los Estados Miembros y a la comunidad mundial en la consecución del objetivo antes citado, el cual, como lo muestra este informe, está a nuestro alcance.

Datos encontrados en: H. Cunningham: Child labour and industrialization, Working Conditions and Environment Department Working

Fuente: LA PATRIA
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