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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 Cochalas, madres y guerreras - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
Sin Cochabamba, la nación seguiría inconclusa. Aunque a veces se hagan bromas con el tema, la historia nos muestra que la centralidad de este territorio es la base desde hace doscientos años para la construcción de la patria.
Desde el Siglo XXI hacia atrás podemos encontrar los hitos dispersos pero permanentes: los sindicatos agrarios de cocaleros y de cocaleras en las orillas de la selva y su vocación de poder desde los años ochenta; la huelga de los obreros de la “Manaco” quebrando a la dictadura militar en 1982; el primer sindicato agrícola en hacienda religiosa y la firma de la Reforma Agraria en Ucureña.
El país que se construyó, o que se quiso construir después de la Guerra del Chaco no era posible sin el aporte teórico de aquel núcleo de cochabambinos y cochabambinas que templaron el acero y la palabra. Casi resulta imposible imaginar las tardes sabatinas de las quintas vecinas donde se encontraban amigos, sus hermanas, las chicas y que dieron nacimiento a los grandes partidos políticos del Siglo XX.
Yolanda Céspedes, mujer de ñeque, enamorada del nacionalista Carlos Montenegro, el intelectual, amigo de su hermano, “el Chueco”. Las muchachas que asistieron a las primeras reuniones universitarias para consolidar la autonomía y formar las organizaciones estudiantiles. Al lado José Antonio Arce, el comunista. Ahí también José Aguirre Gainsborg, el trotskista. De la misma generación, Óscar Únzaga de la Vega, el falangista y sus células de conspiradoras, madres y viudas incondicionales.
Porque en Cochabamba se cultivó siempre el espíritu crítico, el ánimo combativo, la lucha por la justicia social. De todos los ejemplos, en vísperas del Bicentenario del 14 de septiembre, rememoremos la decisión de Francisco de Rivero de rebelarse contra el poder colonial. Aunque no era el primer levantamiento ni el primer cabildo popular, la gesta gravitó en toda la Audiencia de Charcas por la importancia geopolítica de esta plaza. Aportó a la revuelta en Santa Cruz de la Sierra, a la batalla de Aroma en el altiplano paceño, a la victoria en Suipacha, al sur de Potosí.
De la gesta cochabambina trata la pionera novela boliviana “Juan de la Rosa” de Nataniel Aguirre. Ahí, en las crónicas y testimonios y otros documentos es posible recoger, además, el rol fundamental de las mujeres. Mujeres de todas las clases sociales, madres, algunas con niños de pecho. Guerreras, decididas.
La gesta de las llamadas Heroínas de la Coronilla no se limita a un monumento, a una colina citadina, sino a una zaga conmovedora y fundacional. Las cochalas se unieron a las luchas independentistas con sus propias armas, palos o macanas, y el aceite hirviendo de sus ollas. Muchísimas murieron en la resistencia a los realistas.
Por ellas, se celebra en Bolivia cada 27 de mayo el Día de la Madre. Sólo en nuestro país es una fecha no religiosa, no relacionada a la Virgen María, sino a las mujeres carnales, amantes, enamoradas, capaces de morir y de matar.
No fueron las únicas, es verdad, y en Chuquisaca estaba una Juana y en La Paz una Vicenta, pero la acción colectiva de las madres cochabambinas es inédita. A ello se unió además el arte, el poema, la palabra.
Honor a esas mártires y heroínas, cochabambinas.
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