Miercoles 08 de septiembre de 2010
ver hoy
Transcurridos cincuenta y seis meses de gobierno del señor Evo Morales, corresponde entender que es tiempo más que suficiente para abandonar las posiciones y políticas populistas y demagógicas que, en el tiempo pasado, han causado mucho daño al país y han debilitado a régimen y su partido.
El país, desde hace mucho tiempo, espera gestión y una administración eficaz y eficiente, un abandono de los experimentos y, sobre todo, las poses de soberbia y petulancia, graves errores que han dañado seriamente la estructura gubernamental, porque la división se ha encargado de quitarle fortaleza al gobierno. Hoy, pese a las negativas oficiales, la división carcome y, a la vez, muestra que muchos de los pasos dados no están exentos de corrupción.
El Presidente expresó, varias veces, la intención de ser implacable con la corrupción; sin embargo, ver tan sólo el caso del contrabando de mercadería al Brasil en 33 camiones y por montos millonarios, quedó en nada o, peor, entró a los abismos del olvido. Luego de ese hecho delictivo, prácticamente se ha convertido a parte del departamento de Pando en una especie de “territorio libre” para la actividad ilícita del contrabando puesto que el que se realiza hacia el Brasil y al Perú o viceversa, del Brasil y del Perú hacia Bolivia, es común y corriente.
