Domingo 05 de septiembre de 2010
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El conocido periódico italiano La Republica publicaba hace prácticamente un año un artículo muy interesante sobre el Instituto para las Obras Religiosas (IOR), lo que en España y Latinoamérica conocemos como el Banco Vaticano. En el mismo se explicaba claramente que la sombra del Banco IOR está presente en casi todos los escándalos de los últimos 20 años, pudiendo estar considerado como uno de los diez principales destinos de blanqueo de dinero.
El artículo que llevaba el titulo de “Escándalos y negocios misteriosos” comenzaba diciendo que « La Iglesia católica es la única religión que dispone de una doctrina social en la lucha contra la pobreza y la satanización del dinero», sin embargo no deja de ser sorprendente que sea también la única religión que cuenta con un banco propio para practicar sus negocios y sus inversiones. A pesar de esto nadie puede ni quiere echar una mirada detrás de sus impenetrables muros, quizás porque los destinos que se dan a semejante fortuna podrían ser altamente sospechosos.
Jesús de Nazaret habló de ricos y pobres dejándonos una conocida frase que parece haber sido olvidada por los poderosos de éste mundo: “Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre el reino de los Cielos”, es decir que la riqueza constituye un verdadero problema, sin embargo el estado Vaticano con un producto nacional bruto de más de 407.000 dólares per cápita, es con diferencia el Estado más rico del mundo. A través de este ojo de la aguja, refiriéndonos simbólicamente al Vaticano, pasan increíbles y a veces turbios capitales. Según cálculos moderados, las inversiones ascienden a 5.000 millones de Euros.