Al conocer el Decreto de expropiación de las acciones pertenecientes al señor Samuel Doria Medina en la Fábrica de Cemento de Sucre monté en mi motocicleta Hardley Davidson y me dirigí a la casa de mi comadre Macacha para preguntarle si algo malo le había sucedido tranquila en su casa del barrio San Miguel donde ahora viven muchos cholos con plata.
La encontré tranquila contando sus billetes recientemente cobrados por concepto de intereses usurarios correspondientemente al pasado mes de agosto, acercándome a los dólares para ver si podía yo reconocer algunos de los míos pero no vi ninguno porque todos los que entrego llevan una inscripción pequeña que dice fantasiosamente “recuerdo de una noche de amor”.
Expresándole mi alarma por la decisión gubernamental de incautarse de las acciones del seños Samuel Doria Medina en la industria cementera de Chuquisaca pregunté a mi comadre Macacha si ella posee acciones en algunas sociedades anónimas respondiéndome con su estilacho: “No soy ninguna cruda para tener acciones porque debes saber que “acciones quitan pasiones y despiertan ambiciones de los muchos manganzones que hay en las Gobernaciones. Yo meto mi plata en seguras inversiones que gozan de protecciones como son las plantaciones de la coca y sus derivaciones”.
Para tranquilizar mis temores de que ella podría ser expropiada de su riquezas, Macacha me aseguró que ella no es de cemento ni tampoco ha candidateado para Presidenta ni ha organizado un Partido, reiterándome no soy de cemento y si no crees tocá, soy de carnecita”, mostrándome uno de sus brazos para que lo tocara, lo que hice rápidamente para luego preguntarle sin malicia alguna: ¿y el resto de tu cuerpecito también es de carnecita…?
Ella se ruborizó ante mi pregunta y me recordó que hace pocos días el Vicepresidente García Linera nos había asegurado a todos los bolivianos que el gobierno no nos quitaría nuestras propiedades urbanas y que podríamos tener dos o tres casas, pero no dijo nada acerca de fábricas de cemento que generalmente no están en medio de las ciudades, como es el caso de la Fábrica Fancesa en Chuquisaca.
Al finalizar nuestra conversación amigable acerca de estos asuntos dije a mi comadre que el Gobierno ha anunciado que dentro de 180 días (seis meses) el Gobierno revisaría los números en dicha fábrica y de acuerdo a éstos le devolverá al seño Doria Medina los dineros que había invertido.
Mi comadre sonrió ante mis palabras y me dijo a su manera con música de My Way: Yo no creo, pues, waway, en pajaritos preñados, yo sólo te recomiendo, compadre periodista: “igual cosa dijo el presidente Evo cuando nacionalizó Entel que pertenece a una corporación italiana y hasta ahora no se ha pagado un centavo pese a los árbitros internacionales”.
Las cosas que sabe mi comadre cochabambina que no es de cemento y felizmente es de carnecita. Y que nunca podrá ser expropiada.
PAULOVICH
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