Presiones de las bases alteran actividades en el Gobierno
04 sep 2010
Fuente: LA PATRIA
Son muchas y diversas las presiones que ejercen las bases desde los llamados “movimientos sociales”, alterando las actividades regulares del Poder Ejecutivo, cuyos principales ejecutivos deben dedicar la mayor parte de su tiempo a buscar soluciones a los conflictos y desavenencias entre partidarios, dirigentes y autoridades gubernamentales.
Según los propios adherentes políticos del partido gobernante la mayor incidencia en la estructura administrativa del Estado como tal y en las gobernaciones regionales, proviene de una incesante búsqueda de “pegas”, empleos prometidos en campañas y que deben ser satisfechos una vez que se maneja la “nave del estado”.
Las organizaciones sociales están pendientes de manera diaria en la obtención de empleos en cualquier repartición pública, la exigencia es que se cumpla lo que se prometió y se tranquilice a los dirigentes campesinos que en la mayoría de los casos son los más radicales y violentos, al reclamar “sus derechos”.
Se observa también que al fallar la atención a demandas de esos movimientos sociales, las reacciones son inmediatas y se traducen en presiones concretas, llegando inclusive al planteamiento de cambio de ministros y la ubicación de algunos dirigentes en cargos de la burocracia estatal.
Con igual fuerza y en la misma dirección van algunas demandas que se plantean en los departamentos y ponen en vilo a Gobernadores y a sus colaboradores, para que “hagan un espacio” en cada repartición y acomoden a los parciales políticos que están esperando el pago de la factura política.
Lo lamentable de esta situación de “ida y vuelta” es parte lógica del abuso partidario que promete mucho y luego cumple poco enardeciendo a los insatisfechos que seguirán reclamando más y más pegas, alterando de ese modo el sentido de eficiencia gubernamental, que afecta algunos buenos deseos de atender y solucionar los verdaderos problemas de la población.
Mientras tanto algunos funcionarios públicos, en pleno goce del poder político, hacen mal uso del mismo y ofrecen lamentables espectáculos, descubiertos públicamente por efecto de infracciones como la de conducir en estado de ebriedad movilidades oficiales, ya son varias que están fuera de servicio por la irresponsabilidad de esos “políticos de ocasión” que no miden consecuencias a la hora de disfrutar las pegas oficiales.
Mientras esos movimientos sociales persisten los ministros cuestionados se ocupan de “apagar incendios” que proliferan en todo el país como parte de una situación caótica, generada por la estructura misma del Gobierno que no puede aislarse de sus movimientos sociales, pero tampoco puede satisfacerlos en la totalidad de sus aspiraciones.
El “peguismo” como denominan los analistas políticos a la situación emergente de compromisos electorales, se ha convertido en la actualidad en el más severo problema de la administración política desde la Sede de Gobierno, hasta las Gobernaciones causando problemas y perjuicios en el cumplimiento de metas específicas para beneficio de la Colectividad y no sólo de grupos sociales ávidos de disfrutar las facturas de poder desde una buena pega.
Fuente: LA PATRIA
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