Si alguna duda había, el general Raymond Odierno, comandante de las tropas de Estados Unidos en Iraq, hoy las despeja: más allá del 2011 podrían permanecer soldados del Pentágono en la nación árabe.
Lo anterior coincide con los criterios de algunos medios de prensa y analistas que plantean lo de Iraq como una retirada relativa, pues en la práctica ese país continuará ocupado, pese a los intentos de Washington de transmitir un mensaje contrario.
Es cierto que la semana que termina la Cuarta Brigada de Combate Stryker, compuesta por cuatro mil efectivos, abandonó el territorio iraquí en una jugada que no pocos evaluaron como símbolo del fin de las operaciones bélicas allí y el traspaso del papel del Ejército al diplomático.
Pero en cambio, el Pentágono dejó 52 mil soldados -dos mil de los cuales saldrán el próximo 31 de agosto- y el departamento de Estado anunció que incrementó el número de contratistas para tareas de seguridad en más de la mitad, o sea, hasta siete mil hombres.
Por supuesto, la Casa Blanca ha ratificado que las fuerzas que se mantendrán en el suelo ajeno serán para realizar misiones de de asesoramiento y entrenamiento a sus similares iraquíes en lo que han dado en llamar Operación Nuevo Amanecer.
Sin embargo, Odierno puso la piedra: el 2011 no será el año del repliegue total, podrán continuar soldados por aquellas tierras.
Además, se abre una condición: las fuerzas de combate de Estados Unidos sólo volverían a Iraq si las iraquíes "fracasaran completamente", según expresó el alto oficial a los programas dominicales Face the Nation y State of the Union, de las cadenas de televisión CBS y CNN, respectivamente.
¿Qué se consideraría como un fracaso total de las fuerzas iraquíes? ¿Dará esa coyuntura la posibilidad de que la Casa Blanca lance la orden de invasión otra vez en la hora y momento que lo estime conveniente?
Los iraquíes "siguen avanzando; seguimos viendo progresos en la planificación, en su capacidad de llevar a cabo operaciones; seguimos viendo avances en el plano político, en el desarrollo económico, y todos estos aspectos juntos comenzarán a crear un clima que mejorará la seguridad", agregó Odierno.
Sin embargo, la violencia cobra decenas de vidas cada día en Iraq. Hace menos de una semana un suicida adhirió un cinturón de explosivos a su cuerpo y lo hizo estallar en un centro de reclutamiento del Ejército.
El saldo del suceso trágico fue más de una centenar de víctimas, de ellas 48 muertos.
Por otra parte, la víspera CBS confirmó que el presidente estadounidense, Barack Obama, hablará sobre el fin de la misión de combate cuando regrese, el 29 de agosto, de sus vacaciones de 10 días en Martha´s Vineyard.
Obama quiere recordarles a los norteamericanos que está cumpliendo con una promesa de campaña al haber ordenado la conclusión de las misiones de combate en Iraq y el repliegue de algunos miles de soldados a casa. Claro con unos cuantos miles más en terreno minado y el petróleo a buen resguardo iraquí.
(*) Periodista Prensa Latina
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