A medida que el hombre ha ido progresando en la ciencia y la tecnología, así también la sociedad se materializó de acuerdo a la realidad coyuntural de la globalización, además, se fue perdiendo los verdaderos valores de la vida, uno de los cuales pasa, ineludiblemente, por el respeto, cariño y cuidado de nuestros ancianos, que desde hace años se han venido acentuando el deterioro de la relación y reciprocidad entre jóvenes y ancianos.
Lo más bello de vida en la naturaleza humana, sería garantizar la vida de las personas adultas facilitando la igualdad de oportunidades y vida digna, brindando protección y seguridad en todos los ámbitos de la sociedad, por ello, es necesario inculcar la importancia, la valorización y respeto a los derechos humanos de las personas de la tercera edad, en esta sociedad que tiene características diferentes de acuerdo a su contexto social, cultural y económico. Pero, desafortunadamente, una de las realidades dolorosas que enfrentamos a diario, es la de la violencia, el maltrato a personas vulnerables de la sociedad, en especial las personas de la tercera edad, son marginadas por los distintos sectores sociales, con el argumento de que no aportan ningún beneficio y que, por el contrario, constituyen una carga para quienes las rodean, es rechazado, asociado a la disminución de sus facultades físicas o mentales, acrecienta su condición de vulnerabilidad.
Lo más interesante y relevante de estas personas, es que por el tiempo que han vivido poseen suficientes conocimientos, experiencias vividas que supieron afrontar diferentes obstáculos y desafíos, de los cuales supieron levantarse y continuar con sus objetivos. Ahora que ellos son de tercera edad, necesitan de nuestra ayuda, colaboración, respeto de quienes somos menores a ellos, puesto que en tiempo más tarde también llegaremos a ser adultos mayores.
Es el momento oportuno de resaltar el tema de los derechos humanos en esta coyuntura de cambio, con el objeto de perseverar las facultades, prerrogativas, y libertades fundamentales que posee las personas desde el momento de la concepción por el simple hecho de ser creado a la imagen de Dios. Es innegable, que la persona cuenta con derechos civiles y políticos, derechos económicos, sociales y culturales; el cuál debe ser a favor a la dignidad humana, por la justicia social y a vivir bien en esta sociedad globalizante.
Con motivo del Día del Adulto Mayor celebrada el pasado 26 de agosto del año en curso, los educandos de la Unidad Educativa de Vilajipiña, Núcleo Escolar Lagunillas del Distrito Educativo Santiago de Huari, se adhirió a esta fecha de trascendental importancia con el objeto de valorar la vida de las personas de la tercera edad, en tal circunstancia, se desarrolló actividades de homenaje dirigida a las personas de la tercera edad, así mismo, se destacó la defensa de la vida y derechos de los adultos mayores que viven en el campo, en contextos asombrosos y precarias.
Muchos ancianos se encuentran abandonados y aislados de sus familias, privado de: las garantías, protección, seguridad y vida digna en todos los momentos y ámbitos de su existencia, expuesto a escenarios de vida en un ambiente de soledad y de alto riego en seguridad, situación real que ocurre en la vida de las familias del área rural.
En vista de que las personas de la tercera edad viven en un ambiente de soledad, merecen de toda atención de sus hijos, nietos quienes es vez de considerarlos como un estorbo o perjuicio en el hogar, deberían reflexionar y preocuparse por ellos mientras estén de pie, vivos, debemos brindar: respeto y afecto por parte de todas las personas, atención especializada en los establecimientos de salud, una buena alimentación, cariño, amor, comprensión, espacio satisfactorio en el hogar de su familia, atención permanente de sus hijos, amistad, aprecio, cordialidad, comprensión y apego.
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